El 23 de junio de 1937, el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas publicó el decreto de nacionalización de los ferrocarriles mexicanos, a cargo del organismo FNM. Hasta antes de la firma del mandato presidencial, las líneas férreas eran operadas en su mayoría por compañías extranjeras.
La Revolución Industrial como proceso de transformación de las naciones, trajo consigo una serie de descubrimientos que permitieron optimizar los procesos de trabajo, permitiendo con ello un desarrollo económico a gran escala. El ferrocarril formó parte de los inventos de mayor contribución para el progreso de los estratos sociales a nivel internacional.
Inaugurada por Sebastián Lerdo de Tejada durante el siglo XIX, la primera línea ferroviaria de México conectó al puerto de Veracruz con las cercanías del centro de la República. Con la llegada del régimen porfirista, la red férrea se amplió de manera significativa y el sistema se fortaleció hasta convertirse en pilar de la economía.
En 1908 fue creada la compañía Ferrocarriles Nacionales de México, S. A. (FNM), como organismo público descentralizado, con el objetivo de establecer la organización necesaria a las concesiones del sector ferrocarrilero del país.
FELIPE PESCADOR
Un personaje destacado del gremio de los ferrocarriles fue el duranguense Felipe Pescador. Luchador incansable de los derechos de los trabajadores ferrocarrileros, Pescador impulsó la creación de grupos de trabajadores mexicanos para contrarrestar la hegemonía de extranjeros en todos los niveles jerárquicos de las organizaciones del gremio.
Profundo conocedor del trabajo técnico y estratégico de la actividad ferrocarrilera, Pescador impulsó la participación de obreros de origen mexicano para desempeñarse en todos los puestos operativos. Durante el periodo revolucionario, el duranguense participó de distintas maneras en el movimiento hasta recibir la dirección de FNM durante el mandato de Venustiano Carranza.
La figura de Pescador ha sido objeto de diversos homenajes, y con el paso del tiempo su legado se convirtió en el principal símbolo de la lucha gremial de los ferrocarrileros. Su nombre cuenta con amplio reconocimiento en su natal Durango.
LA NACIONALIZACIÓN
Con el debilitamiento de la infraestructura ferroviaria del país tras el paso de la Revolución. El sector requirió de una profunda renovación para seguir considerándose como un estandarte del fortalecimiento económico nacional.
El 23 de junio de 1937, el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas publicó el decreto de nacionalización de los ferrocarriles mexicanos, a cargo del organismo FNM. Hasta antes de la firma del mandato presidencial, las líneas férreas eran operadas en su mayoría por compañías extranjeras.
“El Gobierno de México Será el Único Propietario de los FF. CC. Nacionales”, se puede leer en la portada de Excélsior del 24 de junio de 1937. “Patriótica medida que viene a poner término a numerosos problemas”, continúa. Además, se publicó una recapitulación detallada del documento oficial.
En el acuerdo se ordenó la inmediata posesión de todos los bienes de FNM por parte de las entonces denominadas Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas y la de Hacienda y Crédito Público. Lo establecido contempló la indemnización correspondiente del gobierno federal a las compañías extranjeras.
La finalidad de la medida era buscar la estabilización de la red nacional de comunicaciones ferroviarias, así como dar un carácter público al funcionamiento y servicio a partir de la administración directa del gobierno de la compañía ferrocarrilera.
“Que la mejor organización y eficaz funcionamiento de las empresas ferroviarias deben constituir honda preocupación para el Poder Público, ya que tal sistema de comunicaciones es factor de la más alta importancia para el progreso económico y social de un país, al grado que su nivel de eficiencia puede tomarse como índice para apreciar el estado general de adelanto de una nación; que además, la estabilidad política interna y la defensa exterior en gran parte dependen de la eficacia de las líneas férreas”, refiere el apartado principal del decreto.
Una de las razones principales del gobierno cardenista para tomar la determinación era dotar de mayores recursos técnicos al organismo descentralizado para con ello brindar un mejor servicio al mismo tiempo de regular las tarifas de los trenes de pasajeros, así como mantener un equilibrio de las finanzas de la compañía.
EL ÚLTIMO TRAMO
En 1995, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, FNM vivió un proceso de privatización, situación que provocó la desaparición de la compañía años después y, con ello, la eventual cancelación del servicio de transporte de pasajeros por ferrocarril.
Hoy en día el Sistema Ferroviario Mexicano está compuesto por más de 23 mil kilómetros de vía. A pesar de la desaparición de FNM, se cuenta con algunas modalidades interurbanas para el traslado de pasajeros. Sin embargo, las operaciones que predominan son el transporte de carga de mercancías de diferentes sectores.
Según datos de la Agencia reguladora de Transporte Ferroviario, hasta hace cinco años se movilizan cada año casi 130 millones de toneladas de carga vía férrea.