Arturo Reyes Isidoro
El diputado federal Sergio Gutiérrez Luna me recuerda mucho a Fidel Herrera Beltrán por su dedicación y su persistencia en la siguiente meta política que se ha fijado: ser candidato de Morena a la gubernatura en 2024. Fidel nunca paró hasta que logró su objetivo.
Pese al clima congelante del pasado fin de semana (12 grados máximo en promedio), el minatitleco tuvo actividades el sábado en Las Vigas, La Joya (municipio de Acajete) y Xalapa, y ayer domingo en la capital del estado y en Banderilla.
Nada ni nadie lo para, nada ni nadie lo detiene. Esos persistentes son los que tarde o temprano logran sus propósitos. Su tema ahora es la reforma eléctrica del presidente López Obrador, la difusión de sus beneficios, según el punto de vista de la 4T.
Los últimos sucesos y escándalos ocurridos en el estado le han quitado atención mediática, pero eso no significa que él no continúe tejiendo, haciendo amarres y compromisos políticos; ahora sí, como dice el dicho, unos a la pena y otro a la pepena.
De los actuales aspirantes a la candidatura en 2024 –aunque uno no ha hecho pública su aspiración–, Manuel Huerta es quien más suelas de zapato ha gastado recorriendo la geografía estatal, en contacto con los veracruzanos, el electorado, y luego Gutiérrez Luna, aunque el primero lleva tres años haciéndolo y el segundo apenas cuatro meses.
Fidel Herrera, por su conocimiento de toda la geografía veracruzana (conocía los más intrincados recovecos, como si fuera nativo de cada región), llegó a autodefinirse como un “veracruzanólogo”. Aparte de él, otro que conoce igual el territorio estatal es Dante Delgado (todos los días de su mandato recorrí con él Veracruz).
Del Tío Fide se hizo un chiste por su omnipresencia: en donde hubiera un bautizo él era el ahijado, en un velorio él era el difunto, en una boda, él el novio, en la fiesta de un pueblo, él el santo patrón, y así, en cualquier parte del estado sin importar ni el día ni la hora (el sábado, en La Joya, fueron a buscar a Sergio para que asistiera a una fiesta de XV años, pero por los compromisos de trabajo que ya había hecho no pudo, aunque ganas no le faltaron).
El famoso etnólogo investigador de la Universidad Veracruzana, Roberto Williams García, ya fallecido, nos contó un día cómo para sorpresa suya lo halló en lo más intrincado de la Sierra del Totonacapan encabezando una comida con indígenas y apropiándose de la palabra, cuando las comunicaciones no eran tan fáciles como hoy.
En mi caso, que lo acompañé muchas veces en sus giras y recorridos, me sorprendía cuando, por ejemplo, en cualquier lugar donde anduviéramos de pronto ordenaba tomar atajos que solo él conocía.
Él conocimiento, pues, de Veracruz a ras de tierra, de sus gentes, de sus costumbres, de sus intereses, en general de la idiosincrasia de los veracruzanos, es un elemento que cuenta mucho en un proyecto político, por la diversidad y complejidad de un estado tan grande como el nuestro.
Manuel Huerta tampoco afloja el paso
Y en eso, ahora, Manuel y Sergio aventajan al resto de los competidores y no aflojan el paso, aunque uno tiene más cobertura mediática que el otro, pero en cambio Huerta posee más estructura política y humana y control en un vasto territorio.
Pero, hasta donde se sabe, en eso anda Gutiérrez Luna, armando su estructura política y humana, en muchos municipios ya conformada y activa, aunque de bajo perfil para evitar los contraataques y las represalias contra sus operadores por parte del secretario de Gobierno, Eric Cisneros (por eso muchos alcaldes, hombres y mujeres, y personal mismo del gobierno, se le han sumado, pero le han dicho que cuando consideren el momento oportuno van a abandonar a los del palacio de gobierno).
Y, como Fidel, se reúne y habla con todos, incluyendo destacados deportistas como Fernando “El Pulpo” Remes, hoy alcalde de Poza Rica, beisbolista que brilló con el equipo Tigres Capitalino, o Luis “El Matador” Hernández, delantero máximo goleador en una Copa del Mundo, también de Poza Rica, o bien con luchadores.
Ayer domingo, Gutiérrez Luna se reunió con los fundadores de Morena en Banderilla. Ratificó que la única forma de conocer los problemas y encontrar las soluciones es visitar los municipios e interactuar con su gente a nivel de cancha. Destacó que el futuro para el estado de Veracruz está en el fortalecimiento del sector primario. Hizo el compromiso de mantener la comunicación permanente con las familias banderillenses y los invitó a qué lo visiten en el Palacio Legislativo de San Lázaro, “espacio que abrí para que el pueblo lo conozca, por allá los espero”, les dijo.
Por su parte, Manuel Huerta estuvo en Orizaba entregando parte de las 72 mil tarjetas de pensión a adultos mayores de nueva incorporación en el estado y anunciando que este lunes se inicia en esa ciudad otra etapa de vacunación de refuerzo. Tampoco para.
(Del gobierno del estado, el secretario Eric Cisneros anduvo el sábado chapeando un rato en la carretera Xalapa-Coatepec. Cuánta diferencia en la manera de entender y de hacer política).
Las circunstancias políticas, ¡ah!, las circunstancias
Nunca en la historia de México se habían dados las posibilidades, así sean muy remotas, de que en dos ocasiones en un mismo año un veracruzano pudiera llegar a la Presidencia.
Sergio Gutiérrez Luna, como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, está todavía en esa tesitura.
Si una desgracia hubiera ocurrido con el presidente Andrés Manuel López Obrador el viernes, cuando se sometió a un cateterismo cardíaco, de acuerdo a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Sergio lo hubiera sustituido, por el cargo que ocupa.
AMLO fue dado de alta al día siguiente y la eventualidad cesó… por lo pronto, porque si en el caso remoto de que el tabasqueño perdiera la consulta de revocación de mandato el próximo 10 de abril, igual, lo sustituiría Sergio.
Nadie es Dios para saber lo que va a pasar y lo más probable es que no pase nada con el presidente, pero las circunstancias, precisamente por circunstanciales, están dadas, al menos para Gutiérrez Luna, hasta agosto próximo cuando el 1 de septiembre entregue la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara.
Las circunstancias, por supuesto, son imprevisibles, pero por eso, sobre todo los políticos, de cualquier nivel, nunca deben dejar de considerarlas, lo que nos lleva a que en política no hay enemigo pequeño y nunca se les debe descalificar con un “no lo conozco” porque por una machincuepa de la vida las cosas pueden cambiar hasta dramáticamente.
La Marina-Armada de México no tolera malos elementos
Ejemplar, cuánta diferencia.
La madrugada del jueves pasado, en Córdoba, dos policías municipales y dos navales agredieron a dos jóvenes que caminaban tranquilamente. Además de que los jalonaron y los golpearon, de paso les robaron sus teléfonos celulares. Unos videos registraron y exhibieron la agresión y el atraco.
La Marina-Armada de México reaccionó informando que se tomarían acciones en contra de sus elementos involucrados. Dijo que se les instruye constantemente en temas de derechos humanos, en el uso de la fuerza y valores “a fin de llevar a cabo un correcto actuar con la población civil”.
Manifestó que la Institución “reprueba completamente lo sucedido e informa que se tomarán al respecto las acciones correspondientes con los elementos involucrados, de acuerdo a las leyes y reglamentos que rigen al personal naval… Es importante mencionar que el actuar del citado personal va contrario a la conducta que distingue a los elementos de esta Institución que se caracteriza por lo más altos valores de Honor, Deber, Lealtad y Patriotismo, siempre en estricto apego a los Derechos Humanos”.
Nunca, en cambio, se ha sabido que la Secretaría de Seguridad Pública repruebe los atropellos de sus malos elementos ni los castigue, al contrario, pese a los testimonios de las víctimas y hasta de videos, luego los salen a tratar de justificar y a defender desde el mismísimo palacio de gobierno, por lo que quedan impunes.
Desde este espacio expreso mi más encendido reconocimiento a la Secretaría de Marina. Su proceder hace confiar a los veracruzanos en esa institución. Ya se puede uno imaginar la desconfianza con la que sus mandos han de asistir y escuchar a los policías del estado en las llamadas mesas para la construcción de la paz.