Arturo Reyes Isidoro
¿Es que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez ya decidió o intentará iniciar una nueva etapa en la vida política e institucional por lo que resta a su administración?
¿Ha decidido comenzar por su relación con los nuevos presidentes municipales de todos los partidos políticos, tratándolos con respecto y dándoles su lugar?
¿Si es así, decidió por iniciativa propia o porque se lo indicaron sacudirse la mala sombra del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos?
Es muy pronto para saberlo, pero posiblemente el miércoles pasado dio un pincelazo del nuevo escenario que podría adornar el fondo de sus actividades.
Ese día inauguró en Xalapa un taller de capacitación sobre planeación financiera para las administraciones municipales con un mensaje conciliador.
Luego de que durante casi todo diciembre y lo que va de enero la nota dominante de su gobierno fue su diferendo con el senador Ricardo Monreal, ahora llamó a “convivir de manera institucional”.
Expresó: “En la colaboración institucional no hay colores partidistas, atenderemos a todos de la misma manera, es para borrar el pasado donde existían preferencias”.
Significativo es que en primera fila, escuchándolo, estaba la joven alcaldesa de Veracruz, Paty Lobeira de Yunes, del PAN pero posición del grupo político Yunes Linares-Márquez.
Sobre su presencia, ella publicó en su cuenta de las redes sociales que asistió por invitación del Gobierno del Estado y que: “Por el bien de nuestra ciudad y de los veracruzanos, seguiremos fomentando una relación institucional con todos los niveles e instancias de gobierno”.
¿No acaso él y ella (por el grupo político al que pertenece y su vínculo familiar) han sido los prototipos de un enconado pleito, de dos posturas que parecían irreconciliables?
No es ningún secreto que desde el palacio de gobierno intentaron por todos los medios que esa familia de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río no llegara a la alcaldía y casi lo lograron.
Con el OPLE y el Tribunal Electoral de Veracruz bajo su control, inhabilitaron al candidato original Miguel Ángel Yunes Márquez esposo de ella, quien entrada al relevo ganó en tribunales a unas horas en que debía tomar posesión.
Las palabras del gobernador y las de la alcaldesa hacen augurar una nueva etapa de relación institucional y de respeto entre el Gobierno el Estado y el Ayuntamiento de Veracruz, que si se confirma solo será para bien de ambas partes y, mejor, deseable, de los habitantes del puerto jarocho.
Pero, además, el gobernador García Jiménez también manifestó: “Tenemos tres años para convivir y de manera institucional estaremos con ustedes (los alcaldes), mirando hacia adelante en beneficio de todos”.
Si bien se trató de una actividad técnica financiera en la que estuvieron representantes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos y de la Auditoría Superior de la Federación, fue notorio la ausencia del secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros Burgos.
El mensaje del gobernador y la invitación a todos los alcaldes para estar presentes mostró una postura incluyente que contrasta con la de Cisneros, quien tendría una lista negra para bloquear a quienes no se han sometido a sus indicaciones personales.
Como candidatos, varios de los presentes acusaron en su momento que estaban siendo sometidos a presiones y hasta amenazas por parte del funcionario y que incluso ya como alcaldes electos continuaba en su actitud para que se plegaran a sus intereses políticos.
Esta vez, en contraste, siguiendo la línea del gobernador, el anfitrión de la reunión, José Luis Lima Franco, secretario de Finanzas y Planeación, también se mostró respetuoso de la autonomía de los munícipes.
Al presentar y comentar el Convenio de Administración del Impuesto Predial, que se recaudaría en las ventanillas de la Sefiplan, no solo habló de los beneficios sino que fue muy claro: la firma no es obligatoria, no voluntaria ni limitativa sin penalización ni condición alguna.
Pero en todo caso, dijo, que se acuerde el cobro simultáneo, la vigencia concluiría en cuanto alguna de las partes así lo deseara y los recursos cobrados de manera efectiva serían reintegrados en un plazo de 72 horas a los ayuntamientos.
Hubo, pues, un giro significativo de 180 grados de invitar a los presidentes municipales de todos los partidos a firmar un convenio en forma voluntaria a imponerlo con advertencias y amenazas, que ha sido el recurso que ha utilizado Cisneros Burgos, según se han quejado los alcaldes.
Explicó Lima Franco que para los adherentes al convenio habría un incentivo de 30% de ingresos adicionales del Fondo de Fomento Municipal, que sumaría poco más de 624 millones de pesos si firmaran todos y que les depositaría la SHCP.
Al gobernador le restan dos años y diez meses para que concluya su administración y cuando en diciembre pasado inició la última mitad de su gestión pudo haber decidido una nueva etapa en la que predomine la unidad y cesen las confrontaciones de su gobierno con diversas instancias que lo han mantenido sumido en la polémica y en la crítica mediática.
¿Y dónde está el copiloto?
¿Notó usted que en la semana que termina no apareció el secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros Burgos al lado del gobernador en un acto público?
Desde el sábado pasado cuando salieron a chapear juntos, en adelante al gobernador se le vio en diversas actividades pero sin él y apareció más con el secretario de Finanzas José Luis Lima Franco.
¿Fue casual el alejamiento, o acaso le indicaron que se lo sacuda porque le causa muchos problemas o porque le está pesando en su imagen su acompañamiento?
¿Desde el altiplano le dijeron al gobernador que más vale solo que mal acompañado luego de que negociaron y desactivaron la bronca con Dante y con Monreal?
¿Llegaron finalmente a un acuerdo?
Como que de pronto, ¡plop!, ayer cesaron las hostilidades y las declaraciones encontradas entre el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y los suyos y el senador Ricardo Monreal y también los suyos, de pronto desactivaron la reunión de los senadores del ala dura de Morena que este viernes iban a desactivar la comisión especial que investigaba los abusos cometidos en el estado por presuntos ultrajes a la autoridad luego de que el senador zacatecano se adelantó y él mismo la dejó sin efecto, y luego un juez federal concedió la suspensión definitiva a José Manuel del Río Virgen contra el auto de vinculación a proceso y la prisión preventiva oficiosa que lo tiene en prisión.
Muchas coincidencias que llevan a pensar que desde el palacio nacional ordenaron negociar el cese de las hostilidades porque la división que se había dado entre los senadores de Morena a causa del tema ponía en riesgo el éxito de la consulta de revocación de mandato que está entre las prioridades del presidente López Obrador y que para el efecto el tiempo corre.
¿Cuál pudo haber sido el acuerdo? Que no habría más declaraciones que avivaran el fuego, que Dante y Monreal se desistirían con la comisión que crearon, que el grupo radical no tocaría más el tema y que Del Río Virgen recuperará su libertad en cualquier momento, amparado por un juez federal, cuando no haya reporteros en Pacho Viejo para no hacer más escándalo. Al final, Dante y Monreal lograrían su objetivo: que José Manuel vuelva a la calle. Si hubiera habido una negociación y un arreglo los únicos que habrían salido perdiendo habrían sido los detenidos y encarcelados en forma arbitraria cuya liberación era uno de los propósitos de la comisión que ya no existe.