Pese a la evidencia científica, el gobierno sigue considerando que los menores de cinco a 14 años no son un grupo prioritario. Inocularlos es un asunto de seguridad nacional, afirma Susana López Charretón, viróloga de la UNAM. Si no se vacuna a los niños, el virus tiene espacio para seguir mutando.
PROCESO
En México, desde que se inició la pandemia han muerto de covid más de 900 niños y adolescentes. Pese a la evidencia científica, el gobierno federal sigue considerando que los menores de cinco a 14 años no son un grupo prioritario y por eso no los ha incluido en el Plan Nacional de Vacunación. Inocularlos es un asunto de seguridad nacional, afirma Susana López Charretón, viróloga de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional. Si no se vacuna a los niños, el virus tiene espacio para seguir mutando, alerta.
CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Ailee es una niña de cinco años que espera impaciente en su domicilio, en la alcaldía Iztapalapa, la llamada prometida por las autoridades de salud para programar el día que le aplicarán la vacuna contra el covid-19.
“Nos sentimos relegados y tristes de ver que otro niño sano de la misma alcaldía ya fue vacunado, cuando mi niña obtuvo desde enero la orden del juez para que la vacunen”, relata Elizabeth Ramírez, madre de la menor.
En México, el gobierno federal ha decidido no vacunar a los niños contra el covid-19. De acuerdo con un reporte elaborado por la organización Americas Society, el país se ha rezagado respecto de otras naciones de América Latina al no incluir a los niños en la estrategia de vacunación.
La razón por la que los niños sanos no están considerados en el Plan Nacional de Vacunación, según el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, es porque “el mínimo de probabilidad de complicación (por covid-19) está precisamente en los niños de cinco a 10 años. Tienen el mínimo riesgo de todo el riesgo posible de tener complicaciones”.
Esa explicación no la comparte Susana López Charretón, viróloga adscrita al Instituto de Biotecnología de la UNAM, quien considera que “los niños y los adolescentes deben ser vacunados porque es un asunto de seguridad nacional”.
La científica que lideró el grupo de investigación que desarrolló un método de detección del SARS-CoV-2 utilizando únicamente dos mililitros de saliva, afirma en entrevista que “decir que los niños no necesitan vacunas es un error tremendo. Se debe entender que la pandemia y las variantes de este coronavirus van a seguir mientras sigan los contagios y mientras haya población susceptible, como los niños”.
En su política contra el covid-19, López-Gatell también declaró: “Nos quieren hacer parecer como que somos Herodes, casi; que no queremos a los niños. Eso es absurdo, eso no tiene ningún sentido”.
En la conferencia matutina del martes 22, el funcionario federal de salud insistió en que los niños sanos “tienen un riesgo muy muy bajo” de complicaciones; entonces, la lógica del subsecretario de salud es que, si el riesgo es bajo, el beneficio de la vacuna es pequeño, “ya no agrega mucho más el vacunar”.
Para Verenice Trejo, madre de Víctor, de siete años, quien obtuvo una sentencia favorable para su hijo en los primeros días de 2022, “esta situación me resulta terrible porque hemos luchado contra el propio Estado para garantizar el derecho a la salud de mi hijo, y en esta espera, pese a que ya tenemos concedida la vacuna, mi hijo se contagió de covid-19”.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2365 del semanario Proceso