Terminal Felipe Ángeles: Un aeropuerto en tiempo récord… pero aislado y acotado

Este lunes 21 el presidente López Obrador inaugurará el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, cuya construcción se hizo en 29 meses. La obra emblemática de la 4T aún no puede alzar el pleno vuelo porque todavía carece de una conexión eficaz con los aeropuertos de CDMX y Toluca

PROCESO

Este lunes 21 el presidente López Obrador inaugurará el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, cuya construcción se hizo en 29 meses, a cargo del Ejército. Sin embargo, la obra emblemática de la 4T aún no puede alzar el pleno vuelo porque todavía carece de una conexión terrestre eficaz con los aeropuertos Internacional de la Ciudad de México y de Toluca; tampoco están listas las vías de comunicación rápidas y seguras para los pasajeros, persiste la resistencia de las aerolíneas para operar desde la nueva terminal y, además, no podrá tener vuelos desde y hacia Estados Unidos.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– En 29 meses la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cumplió la encomienda presidencial de construir una de las obras emblemáticas del sexenio: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

Sin interés de las líneas aéreas por mudarse a Santa Lucía, Estado de México, ni una red de conectividad terrestre que permita la integración entre aeropuertos y en medio de la degradación de la calificación de México en seguridad aérea el AIFA –en esta primera etapa– será un aeropuerto regional y aislado.

Con un costo que supera los 84 mil 956 millones 62 mil 639 pesos a mayo de 2021, según el Avance Físico y Financiero de los Programas Presupuestarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la base militar de Santa Lucía fue convertida en el tercer aeropuerto civil en la Zona Metropolitana del Valle de México.

El aeropuerto principal del país seguirá siendo el Internacional de la Ciudad de México (AICM). Santa Lucía fue concebido como un aeropuerto complementario que le ayudaría a desahogar la saturación tanto en el espacio aéreo como en la capacidad de la terminal.

El Sistema Metropolitano de Aeropuertos quedará integrado por el AICM, el AIFA y el Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT), que hasta ahora atendía sólo vuelos privados y de carga, tiene actualmente cinco vuelos comerciales de Transportes Aéreos Regionales (TAR) y Viva Aerobus a Monterrey, Querétaro, Guadalajara, Puerto Vallarta y Cancún.

El AIFA, que será inaugurado por el presidente Andrés Manuel López Obrador este lunes 21, tal y como lo prometió, arrancará con apenas seis rutas nacionales y una internacional: Volaris a Cancún y Tijuana, Viva Aerobus a Monterrey y Guadalajara, Aeroméxico a Mérida y Villahermosa, y la venezolana Conviasa a Caracas.

Santa Lucía entrará en operaciones comerciales el lunes 21, pero no podrá tener vuelos desde y hacia Estados Unidos debido a la degradación a la categoría 2 de la seguridad aérea, por incumplir estándares internacionales que la Administración Federal de Aviación impuso a México el 25 de mayo de 2021.

La medida implica que las aerolíneas no pueden agregar nuevas rutas, hacer cambios en las existentes o añadir frecuencias de operaciones hacia y desde Estados Unidos, y tampoco adquirir nuevas aeronaves o reemplazar las existentes con matrícula estadunidense para sus operaciones en ese país.

La mayoría de las operaciones aéreas del AIFA serán militares con más de 150 desde el día de su inauguración, dijo Ángel Vidal, supervisor de la Torre de Control del AIFA, dependiente del Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), en entrevista con Radio Fórmula.

El documento Análisis Costo Beneficio, Construcción del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía señala que la infraestructura aeroportuaria de la Zona Metropolitana del Valle de México ha alcanzado un nivel de saturación relevante desde 2013, llevando sus parámetros operativos por arriba de la capacidad máxima recomendada, y que los aeródromos existentes no eran suficientes para atender la demanda en el corto y largo plazos.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2368 de la revista Proceso