El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortará nuevamente su pronóstico de crecimiento global para 2022 y 2023 la próxima semana, ya que el mundo está viviendo un momento crucial, al enfrentar una crisis tras otra, la pandemia de COVID-19 y la guerra de Rusia contra Ucrania, y por primera vez la inflación es “un peligro claro y presente” que constituye un revés para la recuperación.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, expuso que, en términos económicos, el crecimiento disminuye y la inflación aumenta, y en términos humanos, los ingresos de la gente disminuyen y las penurias aumentan.
Señaló que las últimas siete semanas, el mundo ha sufrido una segunda crisis grave, una guerra que se ha sumado a una pandemia. Estos riesgos borran gran parte de los avances logrados en los últimos dos años frente a la COVID-19.
En un discurso previo a las Reuniones de Primavera de 2022 del FMI y del Banco Mundial, a celebrarse del 18 al 24 de abril, apuntó que la recuperación mundial ya estaba perdiendo ímpetu antes de la guerra de Ucrania, en parte debido a los trastornos causados por la variante Ómicron.
Recordó que en enero pasado el FMI recortó el pronóstico de crecimiento mundial a 4.4 por ciento para 2022. Desde entonces, las perspectivas han empeorado sustancialmente, en gran medida debido a la guerra y sus repercusiones.