Lucio tiene las horas contadas. La aplicación de la inyección letal está programada para el próximo miércoles 27 de abril
Melissa Lucio tiene las horas contadas. Su ejecución, programada para el próximo miércoles 27 de abril, se aproxima.
La hispana de 53 años está acusada de haber matado a su hija de 2 años, Mariah, en el 2007, quien falleció dos días después de sufrir una estrepitosa caída por las escaleras en Texas. Un año después, los jueces determinaron que la mujer había «golpeado y torturado” a su hija y la sentenciaron a la pena de muerte.
El tribunal se basó en una confesión que Lucio dio durante un interrogatorio policial de 6 horas, en el que, exhausta e intimidada por éste, terminó diciendo: «No sé lo que quieren que diga. Supongo que soy la responsable”.
Según señala un documental presentado en el Festival de Cine de Tribeca, -que expone la vulnerabilidad de los más pobres, y en especial de la comunidad latina, ante el sistema judicial estadounidense- Lucio fue condenada a muerte después de un juicio plagado de irregularidades.
En el audiovisual se muestran las imágenes de una mujer confundida y cansada, confesando haber pegado a Mariah y ser «responsable» de su muerte. Lo anterior, durante un interrogatorio policial llevado a cabo a las 3:00 de la madrugada, después de horas sin comer, beber, dormir ni ir al baño.
Por otro lado, Proyecto Inocencia, organización que trabaja para liberar a los inocentes, prevenir condenas injustas y crear sistemas de justicia justos, señala que los detectives se apresuraron a juzgar y solo dos horas después de la muerte de Mariah, llevaron a la Sra. Lucio para que los oficiales la interrogaran, bajo represión.
En ese momento Melissa estaba embarazada y en estado de shock por la pérdida de su bebé.
Según investigaciones consultadas por el organismo mencionado, los sobrevivientes de abuso y violencia sexual, como Melissa, son más vulnerables a confesar falsamente bajo tales condiciones. Expertos que han revisado el caso de la acusada, incluida la revisión de los registros de su interrogatorio, han concluido que “fue presionada implacablemente y manipulada extensamente” durante el interrogatorio.
Sandra Babcock, su representante, dijo en entrevista con Univision que la única prueba que tenía la policía y el fiscal de que Melissa había abusado físicamente de su hija fueron esas declaraciones que dio como consecuencia “de un interrogatorio que fue muy abusivo, que no reconoció que Melissa fue una persona que sufrió de shock por la muerte de su hija».
Después de que Melissa pasara 14 años en prisión, sus abogados aseguran que una nueva revisión del material probatorio del caso demuestra que es inocente y que fue inducida a entregar una confesión bajo presión. Por ello solicitaron una petición de clemencia para la mujer condenada.
Con la presentación de esta apelación, se da la oportunidad para que se reabra el juicio y los tribunales tengan la oportunidad de considerar nuevas pruebas científicas y periciales del caso. Sin embargo, de no ser así, se le aplicaría la inyección letal.