Michoacano y ucraniana sobreviven la pandemia, guerra y se casan en Morelia

El joven michoacano Omar Aviña y su ahora esposa, Irina Volkova, originaria de Ucrania, sobrevivieron a la pandemia en China

HERALDO DE MEXICO

Morelia, Michoacán.- El joven michoacano Omar Aviña y su ahora esposa, Irina Volkova, originaria de Ucrania, sobrevivieron a la pandemia en China, a la guerra en Europa y lograron casarse en Morelia.

Hace cinco años, cuando aún eran estudiantes becados en China, los dos jóvenes se conocieron durante un evento deportivo y académico en Beijing, en el que cada uno representaba a su universidad.

Luego de conocerse e iniciar una relación, la pareja tuvo que salir de China y separarse debido a la pandemia por el Covid-19, que inició precisamente en dicho país asiático.

Tras una temporada de distanciamiento, los novios volvieron a reencontrarse; Omar viajó  a Ucrania para visitar a su novia, pero fue justo en ese momento cuando  iniciaron los ataques del ejército ruso.

«Hemos sido privilegiados en el sentido de ser testigos de los sucesos globales que están pasando», consideró el joven michoacano.

Tras varias semanas bajo el fuego, el 4 de marzo, Omar, de 32 años e Irina, de 26, salieron del país europeo en el avión que el gobierno mexicano envió para rescatar a los connacionales.

A su llegada a México se trasladaron al municipio de Jacona, de donde es originario Omar y donde han comenzado una nueva vida juntos que hoy se formalizó en la Oficialía No. 01 del Registro Civil de Morelia.

«Creemos que era lo más sensato a estas alturas de nuestra relación, formalizar, porque ya hemos tenido muchas experiencias […] que a veces creemos que no las hemos vivido, pero creo que de alguna forma la vida nos da señales y si nos ha tocado vivir tantas experiencias juntos yo creo que vale la pena tener más experiencias juntos, pero esperemos que sean más agradables», expresó Aviña.

Con un vestido blanco, el cabello rubio suelto y un pequeño ramo floral, a Irina Volkova le brotan lágrimas al firmar el acta matrimonial.

Nadie de su familia pudo presenciar su boda civil, pues se encuentran en Ucrania sin poder salir. Aunque afirma que casarse la hace muy feliz, también reconoce que ha sido difícil llegar a México como refugiada de la guerra.

«Llegaremos por una situación muy grave, porque Rusia empezó la guerra, eso es muy diferente de solo viajar (como turista) a México, y por esos sentimientos, no tan simples también (ha sido difícil). No podemos cambiar la situación ahora», señala la mujer migrante, en un español medianamente fluido.

Irina comparte que se ha acoplado bien a México, su cultura y su idioma, aunque confiesa que aún no se acostumbra a la comida picante.

Ahora como esposos, Irina y Omar planean permanecer en Michoacán; él es entrenador y competidor en artes marciales y ella es abogada y políglota, por lo que buscarán desarrollarse profesionalmente en México.

Una vez que culmine el choque entre las fuerzas armadas de Rusia contra Ucrania, planean regresar al hogar de Irina, para abrazar a sus padres, a sus  abuelos, a su único hermano y celebrar la boda religiosa.