El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, subrayó que una reforma electoral debe ser producto de diagnósticos adecuados y que la lógica sobre la que se quiere construir parta de datos, de cifras y no de humores
EL UNIVERSAL
Una reforma electoral debe ser resultado de un amplísimo consenso, de la suma de muchas cabezas y no de muchos hígados, advirtió el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, quien señaló que la iniciativa presidencial parte de la premisa equivocada de que en México necesitamos acabar con los fraudes y para que los muertos ya no voten.
Al participar en un foro en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), junto con los expresidentes del IFE, Leonardo Valdez y Luis Carlos Ugalde, Córdova Vianello subrayó que una reforma electoral debe ser producto de diagnósticos adecuados y que la lógica sobre la que se quiere construir parta de datos, de cifras y no de humores.
“Si la base de la reforma es que me cae gordo el INE porque yo traigo atravesado al INE y al IFE desde hace no sé cuánto, pues entonces va a salir algo mal. Una reforma electoral tiene que ser bien pensada, sustentada en datos, tiene que hacerse, déjenme decirlo así, con la suma de muchas cabezas, no con la suma de muchos hígados”.
Lorenzo Córdova señaló que la reforma que impulsa el gobierno es para algo que ya está resuelto, pues “en México los fraudes ya no ocurren desde hace un rato, más que en el imaginario de algunos o en la narrativa de los malos perdedores, pero hay quien nunca va a aceptar que perdió, va a decir que perdió por culpa de un fraude”.
Sostuvo que el actual sistema electoral no necesita ninguna reforma y al contrario, aseguró que el proceso electoral de 2024 será mejor organizado que el de 2022.
No obstante, reconoció que todo sistema electoral es perfectible, pero si la propuesta oficial busca meter reversa, advirtió, no vale la pena.
“Si es para que la Secretaría de Gobernación vuelva a controlar las elecciones, no vale la pena (…), si es para excluir, para volver a un sistema hermético y no incluyente, no vale la pena, si es para inyectar incertidumbre en el cómputo de los votos, no vale la pena, si es para romper las condiciones de equidad, no vale la pena.
«Si es para concentrar el poder, yo diría tampoco vale la pena. Además, que sea para mejorar y hay que saber qué se quiere mejorar, porque a partir de la premisa que nuestro sistema electoral no funciona, que el INE no sirve para nada, que hay que tirar todo a la basura, eso no es una buena manera para mejorar el sistema”, insistió.