AP.- La demostración de fuerza de los ejércitos surcoreano y estadounidense continuó el martes con un vuelo de 20 cazas sobre el mar al oeste de Corea del Sur, y una funcionaria estadounidense advirtió que habría una respuesta enérgica si Corea del Norte sigue adelante con su primer ensayo nuclear en casi cinco años.
En la demostración aérea participaron 16 aviones surcoreanos -incluidos cazas furtivos F-35A– y cuatro cazas F-16 estadounidenses, según el Estado Mayor de Corea del Sur. La operación pretendía demostrar su capacidad de responder con rapidez a las provocaciones norcoreanas, añadieron.
El vuelo se produjo al día siguiente de que los aliados lanzaran ocho misiles tierra-tierra hacia las aguas orientales de Corea del Sur para igualar una demostración de Corea del Norte, que el domingo lanzó otros tantos misiles desde varios lugares, en la que probablemente era su mayor prueba en un sólo día.
Es posible que Pyongyang suba pronto las apuestas, ya que según funcionarios estadounidenses y surcoreanos, prepara otra detonación en su zona de ensayos nucleares en la localidad nororiental de Punggye-ri. Su última prueba y sexta en total fue en septiembre de 2017, cuando afirmó haber detonado una bomba termonuclear diseñada para sus misiles balísticos intercontinentales.
Durante un viaje a Seúl para comentar la situación con aliados surcoreanos y japoneses, la vicesecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, advirtió que habría una respuesta “rápida y enérgica” si el Norte realiza otra prueba nuclear.
Aunque el gobierno de Joe Biden ha prometido buscar sanciones internacionales adicionales si Corea del Norte celebra la prueba nuclear, la división en el Consejo de Seguridad pone en duda que puedan imponerse nuevas medidas significativas.
“Cualquier prueba nuclear sería una plena violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Habría una respuesta rápida y enérgica a una prueba de esa clase”, dijo Sherman tras reunirse con el viceministro surcoreano de Exteriores, Cho Hyun-dong.
Sherman y Cho tenían prevista una reunión trilateral el miércoles con el viceministro japonés de Exteriores, Mori Takeo, sobre la cuestión nuclear norcoreana.
Desde que asumió el poder en 2011, el líder norcoreano Kim Jong-un ha acelerado su desarrollo armamentístico pese a los recursos limitados.
Las conversaciones nucleares entre Washington y Pyongyang están paralizadas desde 2019 por las discrepancias sobre asociar el desarme norcoreano con la retirada de las duras sanciones instigadas por Estados Unidos. Kim ha acelerado sus ensayos armamentísticos pese a los crecientes problemas económicos y no se ha mostrado dispuesto a renunciar por completo a un arsenal que considera como su principal garantía de supervivencia.
Por ahora, su gobierno ha rechazado las ofertas de Biden de negociaciones abiertas y claramente está decidido en convertir las estancadas negociaciones de desnuclearización en un proceso mutuo de desarme según los expertos.