Preocupa y rechaza la Iglesia Católica la decisión de promover ideologías antireligiosas o areligiosas, ante amparo promovido por ayuntamientos yucatecos por colocación de nacimientos de Jesucristo en espacios públicos.
Irineo Pérez Melo.- La Arquidiócesis de Xalapa deseó que la libertad religiosa sea respetada y promovida por todos para el bien común, pero especialmente por aquellos que tienen la responsabilidad de promover las leyes y la justicia, la cual debe hacerse presente ante las nuevas realidades sociales, culturales, políticas y económicas propias de su tiempo.
Lo anterior, derivado del proyecto de resolución que será discutido la próxima semana por la Primera Sala de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación, relacionado con juicios de amparo en los que se reclama la supuesta inconstitucionalidad de la colocación de representaciones del nacimiento de Jesucristo en espacios públicos por parte de los tres ayuntamientos de Yucatán, alegando que, con ello se viola la libertad religiosa, los principios constitucionales del Estado laico, así como el principio de igualdad y no discriminación.
Ante este proyecto, la Iglesia Católica expresa su grave preocupación y rechazo ante una decisión que promueva ideologías antirreligiosas o areligiosas.
En el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, se refiere a lo expresado por los obispos mexicanos en su Carta Pastoral del año 2000, titulada Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos: “Entendemos y aceptamos la “laicidad del Estado” como la aconfesionalidad basada en el respeto y promoción de la dignidad humana y por lo tanto en el reconocimiento explícito de los derechos humanos, particularmente del derecho a la libertad religiosa.
“Esto por un lado trae como consecuencia que el Estado debe respetar a todas las iglesias y a los creyentes que participan en ellas, con el único límite que establecen las exigencias de la justicia y del bien común” (Número 279), refiere el documento signado por el presbítero Juan Beristain de los Santos.
“Confiamos que los integrantes de la Suprema Corte muestren su madurez y brillantez de su cargo para que busquen la verdad y la justicia de los mexicanos. Se espera de ellos que no promuevan la irreligiosidad o como dicen los obispos mexicanos en su carta: “El respeto que el Estado debe a las iglesias, a las asociaciones religiosas y a cada uno de sus miembros, excluye la promoción tácita o explícita de la irreligiosidad o de la indiferencia como si al pueblo le fuera totalmente ajena la dimensión religiosa de la existencia” (281), se indica por último en el documento