Arturo Reyes Isidoro
Qué duda cabe. En política, las oportunidades de venganza son como las olas del mar, así como vienen, van; van y vienen.
Menos de dos meses después, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, está ante la oportunidad de pasearse con dos féretros frente al palacio de gobierno: el de Cuitláhuac García y el de Eric Cisneros.
El pasado 20 de mayo, los dos encabezaron un mitin frente a la SCJN y colocaron féretros, uno de ella y otro del ministro Alberto Pérez Dayán. No solo eso. Llevaron una cruz que decía textualmente: “Ministra Piña, Ministro Dayán. E.P.D.” Cisneros incluso cargó uno de los ataúdes.
El hecho recibió la desaprobación general y motivó duras críticas por lo que se interpretó como que los dos funcionarios del gobierno de Veracruz deseaban la muerte de ambos togados.
Aunque Cuitláhuac y Eric continúan en funciones, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador los obligó a que Cisneros se desista de buscar la gubernatura y a que borre y quite toda la propaganda con la que tapizó el estado, prácticamente quedaron en calidad de cadáveres políticos, aunque como zombis.
Ayer, el gobernador dejó ir la gran oportunidad de deshacerse del funcionario que más daño le ha causado a su imagen y a la de su gobierno y lo ratificó en el cargo. No tuvo –y creo que ni tiene– el carácter para haber dado un golpe de autoridad y demostrarle al presidente que no permite que en Veracruz alguien le falte al respeto.
Por falta de mando, Cuitláhuac cargará con un cadáver político
¿Tiene algún sentido que Cisneros continúe como secretario de Gobierno cuando el propio presidente de la república lo desahució políticamente?
Ayer, el gobernador salió a declarar que el afrodescendiente no se va no obstante que públicamente se le rebeló a AMLO y puso en tela de duda su autoridad.
En este espacio comenté que la promoción desmedida de la imagen de Eric había exhibido el grave vacío de autoridad que existe en Veracruz. Con su declaración, el propio gobernador lo confirmó.
Porque, por lo que dijo, el otatitleco no se va porque así lo decidió, no porque él, como primera autoridad, lo haya dispuesto. Un funcionario, pues, de segundo nivel impone sus condiciones y se le impone. Qué pena.
El gobernador tuvo la gran oportunidad de dar un golpe de autoridad saliendo a decir que le había pedido su renuncia, además como advertencia para el resto de sus colaboradores, uno de los cuales en especial también andaba desbocado en sus pretensiones sucesorias.
“No participará en la elección para gobernador. Platiqué anoche con él y me parece correcta su decisión”. O sea, Eric se baja porque así lo decidió, no porque lo hayan bajado ni él ni el presidente. Ya me imagino a Cuitláhuac chiquiándolo, rogándole la noche del lunes: por favor no sigas, mira que me vas a perjudicar, por favor…
Se entiende que el apretón que les dieron desde el Palacio Nacional fue tan fuerte que los dobló. Al no pedirle su renuncia, en adelante Cuitláhuac cargará sobre sus espaldas un cadáver político que con el paso de los días irá despidiendo un olor fétido, que hará que todos se alejen de ellos.
No aclaran de dónde salió el dinero de la publicidad
Pero dijo además que: “Le pedirá a quienes las hicieron (la pinta de bardas y la colocación de anuncios y espectaculares) que omitan su nombre, se usen para otras cosas o se borren”, y sobre la promoción del libro sobre la negritud, pretexto para la publicidad, agregó: “Que no lleve ni su figura ni su nombre, que se continúe porque es un rescate social, pero que no se asocie a su nombre o a su figura”.
Sin embargo, en su declaración no anunció que le exigirá que aclare de dónde salieron los recursos para pagar tanta publicidad que, según declaró el delegado de Bienestar Manuel Huerta, tiene un costo mensual de por lo menos 15 millones de pesos. El funcionario federal sabe lo que dijo porque fue dirigente estatal de Morena y manejó la pasada campaña a la gubernatura.
Tampoco aclaró el gobernador quién pagará el borrado de bardas y la mano de obra para que se quiten anuncios y se bajen espectaculares, y de dónde salieron los recursos para la edición del libro, así como también de dónde provenían los recursos para que Cisneros anduviera viajando por el estado dizque para la promoción de la obra.
Ya comprobaron que lo que se hace se paga
Lo que ha ocurrido sirve para ilustrar muy bien que en política, tarde o temprano, a veces más temprano que tarde, lo que se hace se paga.
Lo que le hicieron a la ministra Piña pronto se les regresó como un búmeran. Lógicamente, la presidenta del Poder Judicial no vendrá, pero el caso sirve como advertencia y adelanto de que se acerca la hora de los ajustes y de pasar las facturas por todos los abusos y atropellos que han cometido, paquete en el que van incluidas la fiscal general del estado, Verónica Hernández Giadáns, incondicional de Cisneros, y la presidenta del Poder Judicial del Estado, Aurelia Jiménez.
En su visita a Veracruz, Adán Augusto dejó retos a sus competidores
Las fotografías que circularon y que se publicaron no dejan ninguna duda: pese a no contar con el apoyo del gobierno del estado, la gira proselitista de Adán Augusto López por el estado la semana pasada fue todo un éxito.
Fueron miles los que acudieron a sus actos, nada mal en una entidad en la que el propio gobernador se ha mostrado no solo desatento y descortés con él, pese a ser correligionarios de partido, sino incluso hostil.
No se podía esperar por lo menos un guiño de simpatía de quien incluso cuando el tabasqueño era secretario de Gobernación tuvo desplantes públicos hacia su persona.
Por eso es meritorio el trabajo de su estructura humana en el estado, porque demostró poder de convocatoria y de movilización sin utilizar recursos públicos, de ahí que su presencia política en el estado sea real y no una simulación montada en acarreos forzados.
Salvo en Xalapa, donde un aguacero aguó la fiesta política pero incluso así tuvo buena asistencia, en el resto de sus actos se vio que sectores significativos como los de los maestros, citricultores, tabacaleros y petroleros se volcaron en su apoyo.
Por el significado político que tienen las plazas, me llamaron la atención los actos en San Andrés Tuxtla y en Coatzacoalcos. No obstante que se supone que tanto Juan Javier Gómez Cazarín como Rocío Nahle tienen el control político en cada una, respectivamente, las asistencias para acompañar a Adán Augusto les suponen un reto.
¿Cuántos juntaría Claudia Sheinbaum en su visita a Catemaco el jueves sin el acarreo que le van a hacer desde la cuenca del Papaloapan, los Tuxtlas y el resto del sur? ¿A cuántos lograría reunir, por verdadera simpatía, en el acto que va a tener en Las Bajadas en el municipio de Veracruz sin los 12 mil acarreados que le van a llevar de la empleomanía estatal?
Para tener un parámetro, en mucho la visita de Adán Augusto estuvo muy bien en comparación con la que realizó Marcelo Ebrard, que si bien solo vino un día por unas horas, dice el dicho que para muestra basta un botón. El equipo del excanciller mostró que no está a la altura de la exigencia que requiere un compromiso y una responsabilidad como es lograr una candidatura presidencial.
El tabasqueño –para nada se le puede ignorar, se simpatice o no con él– dejó retos a sus competidores más significativos: a Claudia Sheinbaum, para que demuestre que no necesita vejigas para nadar, que ella por sí sola puede, y a Marcelo Ebrard para que deje constancia que tiene con qué y con quienes, porque hasta ahora no es lo que se esperaba de él.
Mostró que él y Sergio Gutiérrez tienen estructura
Hay otro hecho que tampoco se puede pasar por alto. Lo que Adán Augusto mostró es que tiene estructura real, organizada, efectiva en las tres zonas del estado, artífices de su éxito, estructura municipal y distrital comandada a nivel estatal por el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, también aspirante a la gubernatura.
Si no hubiera sido porque en más de una ocasión el propio aspirante a la candidatura presidencial lo mencionó y lo balconeó como la mejor opción para Veracruz en 2024, el de Minatitlán hubiera pasado casi inadvertido. Se comportó como un político profesional.
Lo digo en el sentido que sabe muy bien que primero es el 1 y luego el 2. Que se sepa, le dejó toda la cancha, como era obligado, a su aliado. Todos los reflectores deberían ser para él. Él era la figura principal. Se trataba de su campaña, no la de él. Por eso siempre llegó primero a los actos y en sus recorridos se mantuvo atrás, a distancia. De todos modos, Sergio supo muy bien que sembraba para su aspiración.
Adán Augusto se tuvo que haber ido con la idea muy clara del trabajo callado, discreto pero efectivo de su aliado. Vio que tiene estructura y que aun teniendo en contra todo el gobierno del estado es capaz de movilizar voluntades, que tiene votos reales, y que en tierra, en campo, empatiza muy bien con miles de veracruzanos, como lo constató en persona.
Casi no se sabe, pero en el gobierno del estado la instrucción es y ha sido que en las encuestas que manden hacer no incluyan a Sergio o si lo hacen lo pongan en último lugar y con el mínimo de votos, en una proporción de 1000% a favor de Rocío Nahle y cuando mucho 5% para Gutiérrez Luna.
La visita de Adán Augusto sirvió para mostrar que el porcentaje de Sergio es mucho mayor.
A partir de Xalapa, su esposa acompañó a Adán Augusto
Vapuleado como venía por su presunta relación con la joven diputada Andrea Chávez, Adán Augusto por fin se decidió a tratar de neutralizar la especie y negarla haciéndose acompañar por su esposa Dea Isabel y sus dos hijos Adrián y Adán a partir de su visita a Xalapa.
Se sabe que en su próxima visita, el aspirante presidencial se enfocará en las sierras.