Ceguera espiritual arroja al barranco de la ignorancia y desinformación, al foso de la mentira y del abuso sobre los indefensos: Iglesia Católica

Urge vivir una actitud de esperanza para que Veracruz y México sea más luminoso en la verdad, solidario con los desválidos y portentoso para acabar con el poder en manos de unos cuantos

Irineo Pérez Melo.- Pese a todas las problemáticas que se viven en nuestro país y en nuestro estado a causa de la ceguera espiritual, es urgente vivir una actitud de esperanza que permita a todos colaborar para que Veracruz sea más luminoso en la verdad, solidario con los desvalidos y portentoso para acabar con el poder en manos de unos cuantos.
Lo anterior se desprende del comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se compara el pasaje bíblico “¿Puede un ciego guiar a otro ciego?, en clara referencia que hace Jesucristo a la ceguera espiritual de toda persona que la arroja al barranco de la ignorancia y de la desinformación, al foso de la mentira y del abuso sobre los más indefensos, al sepulcro de la falsedad y de la debilidad interior de confundir el bien con el mal.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristaín de Los Santos, se indica que la ceguera espiritual es un padecimiento que no respeta sexo, edad ni estatus social.
“Ésta abarca a ciudadanos y autoridades, creyentes y no creyentes, sabios e ignorantes que hacen de sí su propio centro, se afirman y satisfacen sirviéndose desordenadamente de las riquezas, poder y recursos que son de todos”, se añade.
Y va más allá, al señalar que la ceguera espiritual lleva inconscientemente al desprecio de los demás a causa de su condición, conduce a la injusticia y desconocimiento de la dignidad del otro.
“La ceguera espiritual envuelve a toda persona para que contribuya, directa o indirectamente, a la creación de estructuras de explotación y servidumbre, al fomento de condiciones de pobreza e ignorancia, que promueve, desde el poder, prácticas malignas y supersticiones diabólicas para destruir la salud y el equilibrio social de la ciudadanía creyente o de buena voluntad”, se resalta por último.

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