Arturo Reyes Isidoro
En una entrevista que le hizo el reportero Manuel Hernández, de Notiver, al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y que se publicó el sábado pasado, el gobernante reconoció que el maestro de su formación fue el gobernador Rafael Hernández Ochoa, aunque aprovechó la oportunidad para decir que “otro gran maestro” que tuvo, “que debo reconocerlo y que agradezco siempre”, fue el también gobernador Patricio Chirinos.
De éste declaró que es “un ex gobernador que algún día merecerá un reconocimiento de los veracruzanos, un gobernador honorable, dejó a Veracruz en la mejor situación financiera, dejó cero deuda y 2500 millones de pesos en caja, un ex gobernador que vive en la más completa modestia, no tiene siquiera coche”. Completó diciendo que vive “en una casa pequeñísima” y que “no tiene un centavo en la bolsa”.
Habla bien de él que reconozca a quienes lo formaron y lo ayudaron, ambos priistas, con quienes se amamantó en la política, con quienes tomó leche tricolor y le inyectaron en las venas sangre verde, blanca y roja, con quienes aprendió a dar los primeros pasos y a caminar en la política y de quienes aprendió prácticas, maneras de hacer las cosas en el gobierno, que hasta la fecha ejercita en forma corregida y aumentada.
Tiene pues, lo confiesa, reconocimiento y agradecimiento por Chirinos. ¿En qué podría consistir el reconocimiento que, dice, se merece? Las estatuas ya pasaron de moda y si la mandara a construir y la pusiera, sus malquerientes, que los tiene cada vez más en cantidades industriales, correría el riesgo de que la pintarrajearan, la lapidaran y hasta la tiraran.
¿Darle la medalla Adolfo Ruiz Cortines? ¿A un gobernador priista? Creo que no le iba a hacer nada de gracia al panismo y podrían surgir brotes de inconformidad.
¿Cómo agradecerle a quien fue su maestro, su tutor, su mecenas? ¿Ayudando a su familia, más cuando, según confiesa, el jefe de la misma no tiene ni siquiera coche, vive en una casa pequeñísima y casi está en la indigencia? ¿Cómo hacerlo sin que le dé un pescado sino que le enseñe a pescar para que no tenga una sola vez para comer sino siempre, esto es, sin que le otorgue una ayuda económica que se terminaría cuando él dejara el gobierno en diez meses más sino que la familia tenga un ingreso seguro por más tiempo?
La señora Sonia Sánchez de Chirinos le anticipó el sábado la que podría ser la mejor respuesta: se inscribió como precandidata del PRI a senadora de la república por el estado de Veracruz. Si Miguel Ángel le metiera el hombro, si le diera no un empujoncito sino un verdadero empujón, la expresidenta del DIF-Estatal Veracruz podría alcanzar un escaño en el Senado y seguramente resolver su problema económico, porque la situación de Patricio les debe impactar.
Todavía más. Sería una forma de ayudar a María, la hija del matrimonio, una joven despierta que estudió Administración Pública pero a quien le llama la atención la filosofía y también tiene aspiraciones políticas, como su padre, a quien para nada le disgustaría que su partido el PRI la postulara como candidata a diputada y que la ayudara a alcanzar el éxito un agradecido con su padre como lo está Yunes Linares, quien ahora puede y tiene con qué y quien de joven, como ahora lo necesita la jovencita, encontró la mano tendida de Chirinos Calero.
De Sonia Sánchez debe destacarse que es la primera exprimera dama del Estado que decide dejar la especie de ostracismo a la que son condenadas las esposas de los exgobernadores y vuelve a la vida pública ya sin reservas con las que se conducen cuando están al frente del DIF Estatal. Luego de muchos años desde que su esposo dejó el gobierno en 1998, lapso en el que tuvo una vida privada, sorpresivamente en 2016 apareció activamente en la campaña del entonces candidato a la gubernatura Héctor Yunes Landa y decidió trabajar no en la comodidad sino que escogió las zonas serranas y marginadas para hacer proselitismo, capitalizando la buena imagen que dejó cuando estuvo al frente de los programas de asistencia social del Gobierno del Estado.
Pero antes se mantenía ya en contacto con el senador José Francisco Yunes Zorrilla ante quien logró que desde entonces entrara a colaborar su hija María, quien lo sigue haciendo.
¿Alguien se acuerda todavía de Virgina Cordero la esposa de Rafael Murillo Vidal, o de Teresa Peñafiel, la de Rafael Hernández Ochoa, o de Esperanza Azcón, la de Agustín Acosta Lagunes, o de Divina María Morales, la de Fernando Gutiérrez Barrios, o de Teresa Morales, la de Dante Delgado, o de Christianne Magnani, la de Miguel Alemán, o de Rosa Borunda, la de Fidel Herrera? De Karime Macías mejor ni pregunto porque se convirtió en una verdadera celebridad y sobra decir más de ella.
Al grupo de distinguidas señoras pertenece Sonia Sánchez quien se conserva bastante bien, según pudimos constar un grupo de columnistas a los que invitó a comer el pasado 20 de diciembre, por cierto, en un restaurante bastante modesto del centro histórico de Xalapa, en la que la acompañó su hija maría.
Esa tarde soleada de diciembre, cuando ya casi se habían ido todos los compañeros, uno de los dos o tres que quedábamos le comentó que Rocío Nahle, de Morena, estaba muy “fuerte”. Sin alterarse, con una seguridad admirable le respondió: “Yo soy la única que puede derrotar a Rocío Nahle”.
En el transcurso de la comida había dado argumentos de por qué consideraba que su partido debía tomar “una decisión inteligente” (sabrán en el PRI que otros partidos la buscan porque la quieren en sus filas y están dispuestos a postularla) viendo sus ventajas pues, dijo, conoce los problemas del Estado y no tiene compromisos más que con la sociedad.
“Confío en que el partido pueda ver esa ventaja, puedo ser una candidata ganadora, tengo con qué, amo profundamente a Veracruz, creo que la historia que yo tengo en Veracruz ha sido de trabajo, de compromiso, de servicio y de éxito”, puso sobre la mesa.
Pero abonó más: “Nosotros no fuimos nada mas una institución de servicio asistencial sino que promovimos y nos convertimos en la columna transversal del gobierno porque promovimos progreso, autosustentabilidad, carreteras, caminos, escuelas, cocinas comunitarias, hicimos muchísimo en esa columna transversal, canalizamos muchos recursos y vigilamos que llegaran a las clases que lo estaban demandando, entonces el trabajo que hicimos fue un trabajo muy importante para Veracruz”.
Presumió que cuando va a una comunidad los pobladores recuerdan que tal o cual obra se la pidieron, la gestionó y hoy ahí está dando servicio. “Tu puedes perder la memoria de todo lo que puedes hacer, pero el pueblo no, ellos sí saben, sí recuerdan”.
“Me siento bendecida por Dios (la recuerdo en el vuelo de regreso de Roma cuando un numeroso grupo de veracruzanos asistimos en 1995 en Ciudad del Vaticano a la beatificación de Rafael Guízar y Valencia; ella era entonces presidenta del DIF-Estatal), me dio la satisfacción y el regalo de tener una hija, me dio el regalo de venir a Veracruz acompañando a un hombre del que me siento muy orgullosa de haber participado con él en la construcción de este Estado, Patricio, que me brindó toda su confianza y apoyo, de haber servido a Veracruz, de haber caminado todo el Estado, no uno sino miles de comunidades, de haber recorrido las grandes ciudades no una sino cientos de veces”.
¿Esa bendición se traducirá ahora en el apoyo decidido de un agradecido con su esposo que ahora tiene poder, el poder?
Por lo pronto, ya hay una inscrita en el PRI. ¿Quién más dice yo? Corre el término de aquí hasta el sábado.