Arturo Reyes Isidoro
Miguel Molina, un periodista veracruzano que desde Ginebra, Suiza, donde radica, sigue el acontecer diario de su Estado natal, comentó ayer el decreto del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares que establece un nuevo Reglamento para el funcionamiento de la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado, sobre el que me ocupé también el miércoles pasado.
Desde su óptica, el decreto “parece poner orden donde no había nada” y lo “que decían las autoridades se ahogaba en el mar de las redes sociales pero permitía la ilusión de que decía lo que hacía y alguien –que no era periodista– se interesaba en eso”.
Maestro del Colegio de Periodismo de la BBC de Londres, medio en el que fue conductor de noticieros en español y en cuya página publicaba una columna periodística, investigador del Centro de Investigaciones de Comunicación Masiva de la Universidad Islámica de Delhi y ahora maestro de periodismo en Ginebra, entre tantos logros (siempre recuerda cuando su aspiración era trabajar en Radio Universidad Veracruzana y lo rechazaron porque le dijeron que no tenía perfil para ser productor de radio), Miguel sabe lo que dice y por qué lo dice.
Como su señalamiento de que interesarse en las cosas públicas es asunto de los medios y responsabilidad de sus reporteros y de sus analistas. “Y después el trabajo es cosa de todos. Uno va, ve, y cuenta mal que bien lo que pasó… Los medios (viejos como la prensa escrita o el radio y nuevos como cualquier cosa que haya internet en este momento) son todavía más confiables que el rumor y el chisme y el mal chiste, aunque no les guste a muchos. Los hechos no son cosa de gustos”.
Y cerró su columna de ayer, que se publica en varios medios del Estado, con lo siguiente: “Tal vez lo primero que hay que hacer es informarle al nuevo secretario de Desarrollo Social, José Rodrigo Marín Franco, que no puede insultar a nadie como lo hizo cuando se presentó en sociedad. Así no se limpia ninguna imagen. Y hay que mandarlo a que le den clases de decencia que al parecer no le dieron en su casa. Qué vaina”.
En efecto, es reprobable a todas luces el comportamiento que tuvo el funcionario el martes con la diputada federal con licencia y candidata a senadora de Morena, Rocío Nahle García, a quien no bajó de “mitotera” porque había denunciado que el gobierno estatal está haciendo uso político de los programas sociales, para lo cual mostró las tarjetas de una conocida firma comercial con el logotipo del programa “Veracruz comienza contigo” del gobierno panista.