Mextrópoli, el mayor festival de urbanismo y arquitectura de América Latina, arranca este fin de semana en la capital mexicana con la conversación sobre el devastador sismo del año pasado como eje central
La conversación sobre el terremoto que azotó México el año pasado recorrerá la quinta edición de Mextrópoli, el mayor festival de urbanismo América Latina. Arquitectos, académicos, inmobiliarias, gestores públicos y voces ciudadanas profundizarán en los retos que plantea una catástrofe que dejó más de 330 muertos en el país. Para el fundador y director del festival, Miquel Adrià(Barcelona, 1956), “México tiene todo a favor: una sociedad civil entrenadísima, recursos y tecnología para que las construcciones resistan. No es aceptable es que los edificios se caigan”.
Desde este sábado, Ciudad de México contará además con la participación de los últimos premio Pritzker, el despacho catalán RCR, los arquitectos Johnston Marklee, curadores de la última bienal de Chicago, la directora de planeación urbana de Burdeos, cronistas de la ciudad como Llàtzer Moix o Héctor de Mauleón, el director mexicano de cine Alfonso Cuarón, exposiciones, talleres, charlas y la ocupación del centro de la ciudad con más de 20 pabellones efímeros.
Pregunta. ¿En qué momento se encuentra la ciudad después del sismo?
Respuesta. Hay tres tipologías de edificios. Algunos muy dañados en los que ha sido necesaria la salida inmediata y el precintado y que solo tienen dos opciones: repararlos a fondo o derribarlos, sobre todo por el riesgo de impacto en los colindantes. Hay otro tipo con afectaciones muy superficiales, fácilmente medibles, como el caso de grietas pero sin problemas en los elementos estructurales. Y luego hay una ambigüedad tremenda en medio con edificios parcialmente dañados y que se están manejando de diferentes maneras. Algunos están vacíos por el pánico de los inquilinos y sin embargo no tienen males mayores; y en otros, el propietario hace su interpretación laxa con algún supuesto experto que se saca del bolsillo y sigue ocupado, aunque sin muchas garantías
P. ¿Cómo valora la respuesta del Gobierno ante la catástrofe?
R. Ha faltado una reacción clara y a tiempo. Ahora han empezado a dar señales de que van a destinar cantidades importantes de dinero a rescatar edificios dañados, pero no está nada claro ni quién y ni qué se va a hacer.
P. Dos diputados han dimitido de la comisión encargada de dirigir la reconstrucción por criticar el destino del presupuesto.
R. El mal uso de los recursos públicos es una patología nacional. México necesita además a cuadros más preparados para certificar el estado de un edifico, en las universidades no se estudian estructuras. Y cuando han llegado profesionales de otros países para apoyar se les ha dicho: no gracias. Hacen falta profesionales que puedan dar el instructivo de que hay qué hacer.
P. ¿Cuál sería el sistema óptimo?
R. Creo que haría falta una entidad que se institucionalizara públicamente con profesionales mexicanos, que los hay bien preparados, y asesores de apoyo internacional, para avalara los coeficientes de análisis y dar garantías.
P. ¿Debería México fijarse en el ejemplo chileno después de su último sismo?
R. Allí son más estructurados, no tienen una interpretación tan laxa de la ley y no dejan margen para que cada quien interprete a su manera. Pero aquí estamos faltos de instituciones y gobiernos confiables. Lo único que sabemos cuándo ya se autorizaron los recursos es que al día siguiente se lo robaron. Como sociedad, México tiene todo a favor, la gente está entrenadísima y hay recursos para hacer lo que hay que hacer. Pero el problema de fondo no es el temblor es la corrupción, la debilidad institucional, la impunidad y la incompetencia.
P. ¿Está la ciudad preparada para otro sismo?
R. Así debería ser. La normativa de después del anterior terremoto, de 1985, es suficiente, existen mecanismos para que se avise a la ciudadanía y la tecnología para que las construcciones resistan. No es aceptable es que los edificios caigan.
P. ¿Técnicamente es posible que si tiembla fuerte no se caigan los edificios?
R. México tiene toda la capacidad. Existen unos coeficientes muy claros por ejemplo para edificios como hospitales y escuelas. Pero también para oficinas o casas particulares. Hoy en día no es aceptable que uno muera porque se le caiga el edifico encima. Hay maneras muy severas de hacer estructuras perfectamente resistentes y hay maneras de hacer estructuras que puedan quedar dañadas pero que aguanten el impacto y no dejen gente dentro atrapada.