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Vivimos en un país dónde robar poquito no es delito, se asesina a menores de edad sin castigo, desaparece gente sin explicación, se encuentra a desaparecidos sólo bajo la exigencia social constante, aunque en la mayoría de casos estos aparecen sin vida. Pero en este país todavía creemos, creemos en promesas, en la ilusión de un cambio y también en las mentiras y guerras entre partidos que repetimos sin justificar.
Repetimos amenazas irreales sólo porque todo mundo lo dice, decimos que hay quien llevará a la ruina al país, quien lo quiere privatizar o quien solo será extensión de los estragos que vivimos, pero pocos realmente escuchamos las propuestas, tengo la certeza de que un porcentaje mínimo de la población ha entrado a las plataformas oficiales a consultar los compromisos que realiza cada partido, son aún menos los que comparten noticias que verdaderamente estén verificadas, eso sí ¿cuántos no han tenido infinidad de discusiones entre amigos y familiares por temas de política? Y ni hablemos de las noticias falsas o memes que resultan verdaderamente ofensivos.
En medio de este panorama donde la confianza en los gobiernos y partidos no existe, llegaron los candidatos independientes, con promesas de ser distintos, con la imagen impoluta de no pertenecer a una mafia de antaño (aunque muchos saltaron de ahí) y con la propuesta de ser aquellos realmente elegidos por el pueblo, la primera vez funcionaron muy bien, demostraron que el hartazgo de los partidos era tan grande que muchos arrasaron en las urnas, personajes como Pedro Kumamoto demostraron que sí es posible hacer política de otra forma y que aún hay políticos en los que se puede confiar, pero pronto la mafia de la corrupción y las malas costumbres se hicieron de la banda independiente.
Quienes encontraron trabas y obstáculos en sus propios partidos no quisieron quedar fuera de la jugada y de inmediato se enlistaron en la vía independiente, pero para poder contender el INE puso una serie de condiciones, entre ellas reunir determinado número de firmas por medio de una aplicación que desde un inicio recibió múltiples quejas por su mal funcionamiento, aun con eso la carrera por llegar a la contienda seguía, como cada temporada electoral los candidatos hacían acto de presencia en cada evento masivo, me tocó ver su persecución de votantes en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, cada candidato había instruido a otras personas para recolectar las firmas necesarias y ahí quizás comienza el problema.
La recolección de firmas era indispensable para poder contender, en días pasados el INE permitió el registro de todos los independientes pero este registro se haría válido sólo si una vez revisadas las firmas estas resultaban legales y ¡Oh sorpresa! (¿realmente sorprende?) una vez hecha la revisión resulta que todos los candidatos independientes presentaron firmas falsas, unos más que otros y al final sólo Margarita Zavala logró reunir el número de firmas necesario para poder participar en las elecciones del 1 de julio, pero incluso ella presentó miles de firmas irregulares. No hubo candidato independiente que se librara de estas irregularidades, quizás por las fallas de la aplicación según señala Jaime Rodríguez, por desconocimiento en el manejo de la misma, por bromas de la gente o porque la corrupción es un cáncer que se expande, no obstante al final el hecho es que todos hicieron trampa, queriendo o no queriendo pero lo hicieron.
La falla cometida por todos los candidatos debe castigarse, debe hacerse una averiguación de si el problema estuvo en la plataforma de registro porque sin duda necesitamos opciones que faciliten la democracia, mas no podemos negar que sin importar los problemas de la tecnología, los aspirantes a la presidencia no están siendo transparentes y en medio de los constantes ataques entre ellos y los engaños a quienes pretenden gobernar sólo nos resta perseguir datos, informarnos y elegir a quien resulte el menos peor. Como cada año carecemos de propuestas claras, de personas que realmente tengan intensiones y objetivos de gobernar por un bien común y de gente que busque comprometerse para servir a México en lugar de servirse de él. Así que comiencen la lectura de este y otros artículos, porque sólo así tomaremos la mejor decisión.