razon.com.mx
Por Rubén Cortés
AMLO y Anaya plantearon la corrupción como hilo conductor de esta campaña presidencial. Y ayer Meade los retó a debatir en público sobre la situación inmobiliaria y patrimonial de los tres.
Pero quienes plantearon la corrupción como hilo conductor de esta campaña presidencial se negaron a hablar en público sobre si tienen propiedades, si llevan un tren de vida superior a sus ingresos o si sus familiares son ricos y poseen restaurantes o inmobiliarias.
AMLO respondió con la escasez de ideas de quien cree innecesaria la Reforma Educativa: “No me voy a enganchar en debates. Mis asesores de los pueblos de México me están recomendando no testerear”.
Anaya respondió con el recelo de quien es relacionado con lavado de dinero, en una pesquisa mencionada hasta por el secretario general de la OEA: “Yo sólo quiero debatir con López Obrador”.
¿Por qué rehúyen hablar sobre cuánto dinero tienen, propiedades poseen, tarjetas de crédito manejan; cuánto y cómo lo ganan, cuánto y cómo lo gastan… los candidatos que plantearon la corrupción como hilo conductor de esta campaña?
Primero, porque el hilo conductor se les rompió cuando el ciudadano sin partido José Antonio Meade aceptó ser candidato del PRI: pueden decir que ciertos priistas son corruptos, pero su candidato presidencial es impoluto.
Segundo, porque AMLO y Anaya están rodeados de casos cuestionables de dineros y de propiedades, aunque de todos modos es un tema que llegará a la campaña.
AMLO no tiene a su nombre propiedades, autos, nada. Gana 50 mil pesos mensuales y no posee cuenta de cheques, tarjetas de débito o crédito. No paga colegiaturas. Tampoco hipotecas. Presenta en ceros su declaración de impuestos. Sólo maneja dinero en efectivo. Es un fantasma fiscal.
Sin embargo, heredó a sus hijos un rancho en Chiapas, valuado en más de 25 millones de pesos, tres casas y un predio en Tabasco, y dos departamentos en la CDMX. ¿Puede vivir así alguno de aquellos a quienes pretende gobernar AMLO?
Y la campaña de Anaya se “aplanó” (como aseguró a El Universal su estratega Jorge Castañeda) desde que tiene que pasársela explicando los 308 millones de pesos de su familia, la vida de sus parientes a todo trapo en Atlanta, los 54 millones de pesos que ganó con una nave industrial…
Sin contar que la Interpol está por traer a México preso a un socio inmobiliario de Anaya, buscado por lavado de dinero en la nave industrial que le dio 54 millones a Anaya de la noche a la mañana. Porque el socio de Anaya va a llegar a México algún día, eh. Y declarará.
Entonces, se entiende que AMLO y Anaya no quieran hablar de dinero.
Eso es lumbre para ellos…
RUBEN CORTES
Periodista y escritor. Nació el 18 de enero de 1964 en Pinar del Río, Cuba y vive en México desde 1995. Es graduado de periodismo por la Universidad de La Habana. Ha sido corresponsal de Guerra. Es autor de los libros Crónicas de Guerra, Afganistán e Irak en el frente de batalla, Nueve meses en la eternidad, ¡Cuba, Cuba!, Un bolero para Arnaldo y Los nómadas de la noche: Cuba después de Castro. Es Director General del periódico La Razón de México.