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El aspirante conservador rechaza un acuerdo entre cúpulas pero agita al PRI con un llamado a las bases del partido oficial
La posible unión de candidaturas entre el segundo y tercero en las encuestas, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, para hacer frente a Andrés Manuel López Obrador, a la cabeza de todas ellas, sigue sobrevolando la campaña mexicana a ocho semanas de la elección. El llamado «voto útil» es la expresión que corre de boca en boca entre los candidatos.
Mientras tanto, desde las campañas de Meade, del PRI, y Margarita Zavala, penúltima en las encuestas como candidata independiente, han denunciado presiones de la clase empresarial para que declinen en favor de Anaya. A todos ellos, López Obrador respondió: ni uniéndose podrán conmigo.
Anaya, candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, dijo que el llamado al voto útil ha puesto muy nerviosos a sus opositores, particularmente a López Obrador, porque sabe que la mayoría de los mexicanos «no quiere que sea presidente».
Anaya repitió también el que es uno de sus mantras en los últimos días: “no a los acuerdos cupulares” en referencia a no fusionar candidaturas con el PRI (Partido Revolucionario Institucional) pero si lanzó un guiño a su militancia al insistir en que está dispuesto a recibir “a toda la gente de buena voluntad para que podamos ganar y hacer el primer gobierno de coalición en la historia de nuestro país”, recalcó durante un acto de campaña.
De esta forma, Anaya insistía en que no llegará a un acuerdo con los líderes del PRI para unir candidaturas un asunto, cuya mera insinuación, indigna a las bases de la derecha, cuyo motor ideológico es el rechazo al partido oficial por encima de principios programáticos.
La respuesta más dura vino precisamente desde la candidatura agraviada de José Antonio Meade, el exministro de Hacienda que no levanta en las encuestas. Su portavoz, el senador Javier Lozano, dijo que «no puede haber voto útil para un inútil», señaló en referencia a Anaya durante una entrevista el martes en Radio Fórmula. Lozano, excompañero de partido del joven aspirante conservador, consideró que el candidato de la coalición Por México al Frente «se planta como un candidato a la Presidencia y propone una serie de políticas públicas, pero con nula experiencia en el gobierno».
Lozano reconoció que entre las élites del país hay fuertes presiones para crear un frente ‘antiLópezObrador’, una especie de segunda vuelta encubierta, y reveló que la clase empresarial se ha movilizado para que el resto de candidatos declinen a favor de Anaya. «En el sector empresarial hay una presión muy grande para que tanto Margarita como Meade prácticamente digan ‘Pues pase usted don Ricardo y aquí le vamos haciendo de comparsa para ver si le alcanzan votos para frenar a López Obrador’. No va por ahí», insistió.
La tercera en discordia y antigua compañera de partido de Anaya, Margarita Zavala, rechazó también ceder sus posibilidades ante el aspirante que dividió la derecha en su lucha por alcanzar la candidatura presidencial. La esposa del expresidente Felipe Calderón dijo que frente al voto útil se impone “un voto de conciencia y de contraste de propuestas”, respecto a las que defiende el candidato de Morena que encabeza las encuestas.
Zavala señaló que la falta de una segunda vuelta obliga a muchas cosas, pero recordó que los electores deciden en el último tramo de la campaña su voto, por lo que aún “estamos a dos meses de las elecciones, faltan dos terceras partes de la campaña”, para realizar ese tipo de llamados.