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En Tijuana, discutieron sobre inversión, seguridad fronteriza y derechos de migrantes; abundan ataques entre los aspirantes, aunque hubo más propuestas
En el segundo debate presidencial celebrado ayer en Tijuana, Baja California, donde por primera vez en la historia hubo público en vivo, se priorizaron más los ataques entre los candidatos. En las dos horas del encuentro, José Antonio Meade reflejó que fue el más preparado, pues expuso en todas sus intervenciones datos, cifras y propuestas; el frentista Ricardo Anaya utilizó la misma estrategia del primer debate, al hacer uso de sus dotes histriónicos y buena oratoria.
Mientras que al morenista Andrés Manuel López Obrador se le vio flotando y utilizando su misma retórica contra “la mafia del poder”, mientras que el independiente Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, estuvo extraviado, sin articular ideas concretas de una posible gobernabilidad.
En el primer bloque sobre “Comercio exterior e inversión”, los cuatro presidenciables iniciaron ataques, principalmente contra López Obrador, el puntero en las encuestas: el tabasqueño no perdió la oportunidad de presumir que va 25 puntos arriba de los demás, a lo que El Bronco respondió que éstas “no son suficientes. Hoy el Santos le ganó al Toluca y todo el mundo decía que ganaba el Toluca”.