Ella sólo quería arreglar asuntos legales para poder empezar una nueva vida en Nueva York, lejos de su esposo y con dos balazos él lo impidió
“Siempre supe que mi padre fue un hijo de puta, no, pero a ese punto de matar a tu madre”, así inicia el relato de Carlos, quien tiene recordar cada detalle del asesinato de Norma, anotó cada uno de estos para no olvidar nada y al final hubo cosas que no pudo contar, porque no es tan fácil conectar la idea de que tu padre es un asesino.
La historia de Normita tenía para ser de éxito, estaba a un paso de lograrlo, pero el hombre con el que pasó más de 40 años unida en matrimonio no la dejó. Ella era estilista de profesión, siempre le gustaba estar lo más actualizada que podía y era su escape, su pasión más grande. En la Unidad Lindavista Vallejo se le conocida por tener las mejores manos para embellecer.
Tenía 59 años y de esas personalidades que encajaban con todos; era noble, bondadosa y siempre huía a los conflictos. Una pequeña discapacidad en una de sus piernas le hacía cojear un poco y Carlos, el menor de sus dos hijos, tiene la teoría de que era esto lo que la mantenía con la autoestima baja para aguantar las humillaciones y violencias a las que era sometida constantemente por su esposo.
Francisco Oaxaca de 61 años era adicto al crack, su negocio era la compra y venta de automóviles, él cumplía con el dicho de que “una manzana podrida, infecta a otras”, porque así pasaba con quienes estaban a su alrededor, a quienes no dudaba en atemorizar y amenazar, sobre todo a su esposa y a Carlos.
Las armas eran parte de la vida cotidiana del feminicida y utilizarlas en contra de su familia no era un asunto aislado, pero jamás se imaginaron “que le iba a jalar”, hasta que llegó el día.
La esperanza de una buena y nueva vida
Cansada de la vida que por más de cuatro décadas llevó y con el fin de ver los primeros días de su nieto, Norma viajó a la ciudad de Nueva York, al lado de Carlos y su nuera, fueron cerca de cinco meses en los que “se empoderó”, descubrió otra vida, supo que la violencia no era normal y estaba decidida a dejar todo eso atrás y establecerse con la familia de su hijo que apenas florecía con el nacimiento de su primer nieto.
A pesar de que la sonrisa había regresado a su rostro, algo la atormentaba, de repente su hijo la veía llorando con el teléfono en la mano, luego de hablar con su hermano mayor Juan. Ella quería volver a México para finalizar unos asuntos pendientes y volver a NY.
Lo que la hacía volver Normita tenía que ver con la venta de un departamento de su propiedad, que de forma -que aun no se puede explicar claramente- pasó a ser de la pareja sentimental de Juan. Se presume que esta operación se hizo incluso ante un notario público, todo ello sin el consentimiento de la propietaria y a un precio irrisorio.
“Hay un contrato de compraventa notariado o sea, en México parece que se puede hacer todo con el dinero”.
A pesar de que Carlos y su esposa le pedían a Norma no viajar y olvidarse de todo, ella insistió en regresar, arreglar la situación y ahora sí entregarse a su sueño de una nueva vida.
Un día ya no vuelves a ver a tu mamá
Fue el jueves 29 de septiembre de 2022 la fecha en la que el vuelo de Norma salió desde Nueva York con destino a la Ciudad de México, al día siguiente el 30, Francisco vestido de negro le dio dos disparos tan certeros que le robaron los latidos del corazón.
Hay una grabación que circula a través de plataformas digitales y fue exhibida en noticieros, acompañada del testimonio de Juan y su pareja, en la que se puede observar como el asesino amaga una y otra vez a su esposa con un arma. Todo pasó en la calle Real del Monte, número 269 de la colonia Industrial en la Gustavo A. Madero, domicilio de Juan, ahí luego de cometer el crimen, Francisco huyó en un Tsuru color vino placas YCK-239-A.
Un feminicida está suelto
Desde ese momento Francisco está en búsqueda, las autoridades no han logrado dar con su paradero, a pesar de que fue el propio Carlos quien debió jugar el papel de investigador para poder hallar a su padre y asesino de su madre.
Fue gracias a redes sociales y plataformas como Google Maps y Airbnb que el joven logró dar con la probable ubicación de su padre. Recordaba que su familia tenía algunos cuartos que eran rentados a turistas en la ciudad de Cancún, Quintana Roo; logró el contacto con una persona que le aseguró haber visto al feminicida, le dio detalles de que por las noches, un hombre acompañado de un niño le iban a dejar despensa, incluso describió el puesto de hamburguesas en el que en ocasiones iba a cenar.
Con todos estos detalles y el testimonio, Carlos llamó a la fiscalía para que pudieran hacer una intervención y coordinarse con las autoridades de Quintana Roo, él esperaba atención porque había elementos que podrían dar con el «monstruo» que mató a su madre, pero no obtuvo respuesta.
“Le paso esta información inmediatamente a la Fiscalía… le digo, tengo la información de dónde está mi papá, necesito que los contactemos para hacer algo, me contesta este comandante de una forma muy déspota y como con poca credibilidad, ¡ay no! estoy ocupado, le digo cuando puedas háblame, por favor… no me habló”.
Al momento, no hay un sólo avance para hallar a Francisco y la protección a la familia tampoco ha llegado, porque este sujeto se las ha arreglado para amenazar a su hijo, a su nuera y a su nieto que apenas es un bebé, les ha dicho que los matará si vuelven a México para ejercer presión por el feminicidio de Norma…un feminicida está suelto.