Raymundo Jiménez
La lista de agravios que la oposición se ha llevado en estos 18 meses de gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares recuerda el mismo modus operandi que el ex priista detentó hace más de 20 años contra sus actuales aliados.
En el sexenio del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998), cuando fungió como secretario general de Gobierno, en contubernio con su entonces director de Gobernación, Enrique Ampudia Mello, el ahora mandatario veracruzano operó una feroz cacería contra las dirigencias estatales del PAN y PRD, a las que logró intervenir, como también lo hizo en el Comité Directivo Estatal del PRI al que arribó como Presidente por segunda vez consecutiva para llevarlo a su más estrepitosa caída electoral en 1997, y eso que contaba con todos los recursos materiales, financieros y humanos, como en la actualidad los tiene y ejerce para operar en beneficio de su primogénito, quien es arropado como candidato a la gubernatura por las siglas partidistas perseguidas y combatidas por él hace dos décadas.
Hoy, PRI, PVEM y MORENA son las fuerzas políticas en la mira del gobierno yunista. Todos los días se registran hechos que delatan la confrontación instruida por el propio mandatario estatal. A sus colaboradores les ha involucrado también en las tareas de promoción para asegurar la continuidad de su proyecto político con el encumbramiento de su hijo. Ha trascendido, por ejemplo, la actuación directa del secretario de Finanzas y Planeación, Guillermo Moreno Chazzarini, ofreciendo la operación económica a legisladores locales para revertir la tendencia negativa que trae el Chiquiyunes respecto al candidato puntero. La semana pasada fueron evidenciados elementos policiacos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado cuando participaban en un operativo para retener taxis en la ciudad de Veracruz con el fin de colocarles “a la fuerza” propaganda del frente PAN, PRD y MC.
Estas acciones, sumadas a lo que se hace desde la Secretaría de Gobierno para “convencer” a alcaldes de oposición para sumarse al “proyecto monarca”, y la entrega indiscriminada de despensas desde la Secretaría de Desarrollo Social, ilustran que el gobierno estatal tiene las manos metidas en la elección y actúa con la consigna de hacer gobernador al primogénito, “pésele a quien le pese”.
En el caso de los candidatos y militantes del PRI, los agravios están documentados. Inclusive el propio dirigente estatal, Américo Zúñiga Martínez, los ha denunciado ante las instancias y públicamente, sin que exista hasta ahora posicionamiento alguno de los órganos electorales y judiciales.
Sayula de Alemán, Camarón de Tejeda, Emiliano Zapata, Coxquihui, Pánuco, Tantoyuca, Veracruz, Martínez de la Torre, Coatzacoalcos, Coatepec y Perote, son algunos de los municipios donde se han registrado incidentes graves.
Por ejemplo, previo a las elecciones extraordinarias del pasado 18 de marzo, en Sayula de Alemán fueron golpeados el candidato a regidor por el PVEM, Pantaleón de la Cruz Blanco, su hermano Filemón y su hijo. Y, en otro incidente, también fue agredida Gladys Vanessa Tadeo Eugenio, de 19 años, integrante de la Red de Jóvenes Priistas. En ambos casos fue señalado Fredy Ayala González, entonces candidato del PAN-PRD a la presidencia municipal.
En Camarón de Tejeda, mujeres y hombres que participaron como brigadistas promotores del voto durante el período de la campaña electoral, fueron víctimas de hostigamiento policial. Y en Emiliano Zapata, en la comunidad de Pacho Nuevo, el día de las elecciones extraordinarias siete jóvenes priistas que habían ido a verificar la entrega de despensas por parte del PAN en una casa cercana a la iglesia del lugar fueron interceptados por una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública estatal y trasladados al Cuartel de San José con el pretexto de alterar el orden público.
En abril, también se hizo pública la denuncia por hostigamiento ejercido contra militantes priistas en el municipio de Coxquihui, por parte de elementos de Seguridad Pública estatal.
Y el 17 de ese mes se registró un atentado contra Eslim Mujadí Romero Olguín, Regidor sexto en el Ayuntamiento de Pánuco. Tres personas armadas lo amenazaron y golpearon, causándole un traumatismo craneal.
El 28 de abril, Lázaro Mendoza Méndez, candidato a diputado local de la coalición priista “Por un Veracruz Mejor” en el distrito de Acayucan, fue liberado por elementos de la Policía Federal tras estar secuestrado por aproximadamente dos horas.
El 14 de mayo, nuevamente en Pánuco, fue arrojada una mano cercenada con un mensaje intimidatorio en el domicilio de Octavia Ortega Arteaga, candidata a diputada local por el PRI-PVEM. La ex presidenta de la mesa directiva del Congreso local declaró que no es la primera vez que recibía amenazas y acusó ser víctima de violencia política.
La semana anterior, el candidato del PRI-PVEM a diputado local por Tantoyuca, Manuel Francisco Martínez, denunció las cobardes intimidaciones en contra de las mujeres que apoyan su candidatura. Por su parte, vocales del programa Prospera y también simpatizantes del PVEM ya denunciaron ante la Fiscalía General del Estado al alcalde de ese municipio huasteco, Amado Guzmán Avilés, por presuntas agresiones y amenazas.
El robo y vandalismo contra la propaganda del PRI también ha sido la constante y se ha intensificado en los últimos días como consta en las cabeceras municipales de Veracruz, Perote, Martínez de la Torre, Coatepec y en otras partes del estado donde la propaganda del candidato a gobernador Pepe Yunes ha sido destruida.
El presidente del CDE del PRI, Américo Zúñiga Martínez, informó que ya han sido presentadas 15 denuncias por agresiones contra sus candidatos, incluido el robo de propaganda, secuestros y ataques. Pero hasta ahora no ha habido reacción de las autoridades electorales ni ministeriales. En cambio, los panistas siguen contando con la protección de la policía estatal para pegar publicidad del hijo del gobernador, así como para repartir despensas y tinacos en las colonias del puerto de Veracruz.
Sin duda, es una alerta del clima de violencia electoral que persistirá hasta el día de los comicios y que impunemente patrocina el gobierno estatal de Yunes Linares, quien sigue ejerciendo el poder con el mismo estilo porril. No cambia.
OTRO ‘BOMBAZO WINCKLERIANO’
La aprehensión del ex fiscal duartista Luis Ángel Bravo Contreras estaba más que cantada, y no tanto porque hubieran ofrecido 5 millones de pesos a quien aportara información sobre su paradero, otra jugosa recompensa que al parecer tampoco nadie cobró.
Lo que pasa es que desde hace más de 15 días, algunos connotados yunistas andaban propalando la versión de que en el mero “Día del Padre” se iba a dar su detención. Y efectivamente su dicho se cumplió.
Si a finales de mayo, con la profusa difusión de la orden de aprehensión, ficha roja y solicitud de detención con fines de extradición en contra de la ex presidenta del DIF, Karime Macías de Duarte –a la que inicialmente le imputaron un presunto desvío de más de cien millones de pesos a través de seis empresas fantasmas–, el fiscal yunista Jorge Winckler Ortiz llegó a asegurar que abonaría al menos cinco puntos a la candidatura del primogénito del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, ¿cuántos dígitos más estarán calculando que subirá en las tendencias electorales el junior con la aprehensión de Bravo Contreras?
Y es que según consignó en su momento el reportero Noé Zavaleta, corresponsal de la revista “Proceso”, el caso de la ex primera dama de Veracruz fue utilizado por el gobierno de Yunes para romper el empate técnico entre su hijo y Cuitláhuac García Jiménez, de MORENA, pues el diario capitalino “Reforma” acababa de publicar una encuesta que los posicionaba con el 43 y 42% de la intención de voto, respectivamente.
Zavaleta citó textualmente: “El fiscal general Jorge Winckler Ortiz denominó ‘Bombazo winckleriano’ a una breve columna periodística que él mismo envió a sus reporteros afines. Es un texto cargado de errores ortográficos y pifias gramaticales, en el cual afirma que el escándalo de la esposa de Duarte hizo avanzar a Yunes Márquez: ‘Están agraviados porque Chiqui, Chiqui, Chiqui Yunes avanzó de menos cinco puntos en todas las encuestas con este Bombazo Winckleriano (sic)”.
Sin embargo, la semana anterior la COPARMEX les arrojó un cubetazo de agua helada con su mega encuesta nacional, en la que en Veracruz da una ventaja de casi dos puntos porcentuales al morenista contra Yunes Márquez, quien solo en los sondeos cuyo patrocinio atribuyen al gobierno de su papá –primero el de VOTIA y ahora el del diario El Universal– aparece colocado con más de 8 y 5 puntos por encima de García Jiménez.
Pero si esa fuera la distancia que realmente le saca en las tendencias electorales el hijo de Yunes Linares al candidato lopezobradorista, ¿por qué entonces siguen politizando la procuración de la justicia?
¿De veras creerán que la aprehensión de Luis Ángel Bravo hará subir tanto en las preferencias electorales al primogénito del gobernador, sobre todo cuando el golpe mediático lo dieron justo cuando gran parte de los veracruzanos, como en el resto del país, están distraídos y extasiados por el histórico triunfo de la Selección Nacional de futbol contra el representativo de Alemania?
Por cierto, este domingo en Poza Rica, el candidato de la coalición priista “Por un Veracruz mejor”, Pepe Yunes Zorrilla, dijo que a 13 días de los comicios, “la única expresión, el único proyecto que está creciendo somos nosotros”, y que “todas las encuestas nos marcan crecimiento, nos dicen que el PRI tiene a su favor un voto oculto que en Veracruz es de ocho o diez puntos”.
¿Por eso la destrucción de la propaganda del abanderado del PRI-PVEM?