Las personas que sufrieron síntomas al contagiarse de COVID-19 tienden a tener anticuerpos más fuertes que las personas asintomáticas.
Después de que el sistema inmunológico combate un virus, este guarda durante algún tiempo una cantidad de ‘anticuerpos’ que lucharon contra el patógeno. Estos anticuerpos crean una especie de inmunidad contra la enfermedad ocasionada por el virus.
El tiempo que ‘viven’ estos anticuerpos en el sistema inmunológico cambia dependiendo del tipo de virus y la salud de cada persona contagiada.
En el caso del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, la inmunidad puede durar “algunos meses”, afirma el doctor Anthony Fauci, consejero principal del presidente estadounidense Joe Biden en asuntos relativos a la pandemia.
“Por lo general, inmediatamente después de haber sido infectado y hasta un mes después, se está bastante protegido debido a la respuesta inmunitaria. La mayoría de las veces, la protección dura unos pocos meses”, ha afirmado el especialista en entrevistas para MSNBC y CNN.
No obstante, el epidemiólogo señala que “la inmunidad disminuye, y por eso es tan importante estar al día con las dosis de la vacuna y en especial las dosis de refuerzo”.
¿Hasta 8 meses de protección?
De acuerdo a los resultados de una investigación publicados en el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, una gran cantidad de personas infectadas por el virus SARS-CoV-2 mantuvieron “recuerdos” de anticuerpos en su sistema inmunológico hasta ocho meses después de su contagio.
Los investigadores observaron las respuestas inmunitarias de unas 200 personas que se habían recuperado del COVID-19. Algunos habían sido infectados hasta ocho meses antes del análisis. Otros casos fueron más recientes. De las personas que se recuperaron, el 95 por ciento aún tenía cierto nivel de protección.
Casi todos tenían anticuerpos que bloquean la proteína de la espícula del virus. El virus usa esta proteína para ingresar a las células.
El número y tipo de anticuerpos varió entre personas. Pero los niveles generalmente se mantuvieron estables a lo largo del tiempo. Disminuyeron ligeramente de seis a ocho meses después de la infección.
Los niveles de células inmunes también se mantuvieron altos. Las células B de memoria, que producen anticuerpos, aumentaron durante unos meses después de la infección y luego se mantuvieron estables. La mayoría de las personas tenían un tipo importante de linfocitos T. Aproximadamente la mitad tenía otro tipo de célula T que destruye las células infectadas.