Caso Debanhi, un crimen que enfureció al país

Irregularidades en investigación, señaladas por la familia, y hallazgo del cuerpo a unos metros de donde se le buscaba indignan a padres de la joven y a miles de ciudadanos

EL UNIVERSAL

Monterrey.— En dos semanas, la familia Escobar Bazaldúa quedó fracturada para siempre: la más pequeña de sus integrantes, Debanhi Susana, de sólo 18 años, desapareció en una de las carreteras más peligrosas del país y luego fue hallada sin vida en una cisterna, a metros de donde siempre fue buscada. En medio de días de investigaciones, protestas y, sobre todo, muchas preguntas, ella fue víctima de feminicidio.

Todo comenzó la noche del viernes 8 de abril, mientras Debanhi se arreglaba para ir a una fiesta. Su madre, Dolores Bazaldúa, le pidió que no fuera, porque tenían que viajar para tomar sus vacaciones antes del regreso a clases, ya que tanto ella como su esposo son maestros. La joven la convenció con el argumento de que regresaría pronto.

Ni la señora Dolores ni su esposo Mario Escobar volvieron a ver con vida a Debanhi. La última foto de la joven la tomó Juan David “C”, un conductor de la plataforma Uber, “contacto de confianza” de las amigas de la joven y quien debía llevarla a casa; sin embargo, la abandonó en medio de la carretera a Nuevo Laredo.

Hasta 11 días después de su desaparición y dos días antes del hallazgo del cuerpo, la fiscalía le mostró al padre de la joven un video en el que se observa que Juan David dirigió su mano hacia los pechos de su hija, lo que habría detonado que ella bajara del auto. Pese a ello, acusa el padre de Debanhi, el titular de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, Rodolfo Salinas, protege al acosador, al sostener que no había delito que perseguir.

“Me partes el corazón”

Durante los 13 días de búsqueda, Mario Escobar, su esposa, voluntarios, así como otros familiares y amigos de Debanhi trataron de localizarla. Su lugar de reunión para las jornadas diarias lo establecieron a la sombra de un árbol ubicado frente al motel Nueva Castilla, y apenas a unos 25 metros de la cisterna donde fue localizado el cuerpo de la estudiante de Derecho.

El detalle de la cercanía entre el sitio donde fue hallado el cuerpo, tras haber realizado cuatro inspecciones incluso con el apoyo de binomios caninos, y el lugar en el que diariamente se citaban para salir a buscar a Debanhi hizo enfurecer a Mario Escobar, pues consideró que su hija no cayó ahí accidentalmente, sino que ahí “sembraron” el cadáver.

Además, dijo que momentos antes de que fuera localizado el cuerpo, los ministeriales que auxiliaban en la búsqueda retiraron a los voluntarios de la zona y prácticamente los “secuestraron” a él y a su esposa mientras estaban en sitio donde se concentraban diariamente para la búsqueda, al decirle: “Súbete a la camioneta, te vamos a dar información”.

Luego, los regresaron al improvisado campamento junto al motel y el fiscal especializado Rodolfo Salinas le soltó: “Hay un cuerpo”, a lo que el señor Mario respondió: “¿Cómo que hay un cuerpo aquí?, no es la primera vez que vienes aquí, Rodolfo, van cuatro o cinco veces, no me salgas con que es mi hija porque me partes el corazón”.

La versión inicial de que pudo ser víctima de una caída accidental se vino abajo, porque el resultado de la necropsia arrojó que murió por contusión profunda de cráneo y sus pulmones no tenían agua, dato indicativo de que al caer a la cisterna ya estaba muerta. Al día siguiente del hallazgo del cuerpo, la Fiscalía Especializada en Feminicidios y Delitos contra Mujeres y Niñas atrajo el caso, el cual, desde la apertura de la carpeta de investigación, había tenido la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas.

No falta una, faltan cientos

El alto impacto mediático de la desaparición y asesinato de Debanhi se vio antecedido por la desaparición y feminicidio de María Fernanda, profesionista egresada del Tec de Monterrey.

Por ello, al conocerse la desaparición de Debanhi Susana colectivos feministas convocaron a una manifestación que el 10 de abril culminó con la quema de una de las puertas del Palacio de Gobierno y, en respuesta, golpes contra las manifestantes.

Para tratar de aminorar el descontento por las desapariciones y feminicidios, el gobernador Samuel García anunció el 11 de abril la creación de un grupo especial de búsqueda, integrado por 200 policías de Fuerza Civil, que estarán a disposición de la Fiscalía General del Estado y la Comisión Local de Búsqueda.

No obstante, dichos elementos, admitió el secretario de Seguridad, Aldo Fasci, están en proceso de capacitacitación.

Activistas han planteado, entre sus demandas, las renuncias del fiscal general de Justicia, Gustavo Adolfo Guerrero, y del secretario de Seguridad del gobierno de Nuevo León, Aldo Fasci.

Al gobernador Samuel García le han criticado que sus palabras a favor de los derechos de las mujeres no se han reflejado en garantizar el principal derecho, que es la vida, mientras lo encararon en la Gran Plaza, donde le aseguraron que “desde su privilegio no conoce el miedo”.