Es irracional e injusto pretextar la pobreza y la violencia que se vive en esa entidad para aprobar una ley asesina se inocentes, observó.
Irineo Pérez Melo.- La Iglesia Católica censuró la despenalización del aborto recién aprobado por el Congreso del Estado de Guerrero, poniendo como pretexto la pobreza y la violencia que se vive en esa entidad “para aprobar una ley asesina de inocentes (la cual) es irracional e injusto”.
En el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa se destaca que despenalizar el aborto no resuelve los problemas reales de la mujer, solo los incrementa. Negar el derecho a vivir a un ser humano inocente que no se puede defender y destruirlo es un acto criminal que genera más violencia para las mujeres, refiere.
En el documento, signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes, se enfatiza en el mensaje de los Obispos de la provincia de Acapulco, del pasado 18 de mayo del año en curso, en donde señala que “el aborto genera violencia contra la mujer, contra su propio cuerpo, contra sus instintos primarios, contra sus sentimientos y emociones”.
Se indica que el aborto provocado convierte a la madre en asesina de su propio hijo, es un acto inhumano y perverso, es una salida falsa que sólo causa efectos destructivos en la mujer.
Lamentamos que en lugar de resolver los problemas reales de la mujer como puede ser la falta de oportunidades para desarrollar sus potencialidades, la violencia generalizada, la pobreza y atención médica y la miseria que crece todos los días, se abra la puerta al exterminio y destrucción de un ser humano. Las mujeres embarazadas en una situación vulnerable necesitan alternativas de vida, la muerte no soluciona nada, se señala.
“Lamentamos que por motivos ideológicos, los congresos de los estados se estén sometiendo a una mentalidad abortista y destructiva del ser humano, especialmente del más vulnerable, sin atender los datos de la ciencia genética y la razón”, se añade en el comunicado.
Recuerda que la ciencia genética ha demostrado que comenzamos a existir a partir de que somos concebidos. El nuevo ser humano posee una carga genética propia que sólo necesita tiempo, alimentación y un ambiente adecuado para su desarrollo, los nombres de acuerdo a las etapas que va alcanzando son ciertamente diferentes pero no pierde nunca su individualidad y por lo mismo es alguien diferente de sus padres. Se trata de un ser humano único.
Con la sola razón entendemos además que la vida de todo ser humano tiene un valor invaluable. Defender la vida desde su comienzo es defender la dignidad de todo ser humano y sus derechos fundamentales. Nunca será razonable y mucho menos ético, poner como pretexto para resolver algún problema de la existencia humana, la eliminación de otro ser humano, concluye.