Por Atticuss Licona
Cuitláhuac va. Va en caballo de hacienda y va que vuela para despachar en Palacio de Gobierno.
Hace dos años Cuitláhuac caminó aún más de lo que ha caminado en esta elección. Sus transmisiones de Facebook estaban plagadas de caminatas y carreras vespertinas. Bajo la lluvia, bajo el sol, entre los charcos y las calles sin pavimentar, Cuitláhuac caminaba con más ilusión que convencimiento.
Hace dos años casi nadie conocía a Cuitláhuac. Su única credencial era ser diputado federal y con licencia. Su vestir era descuidado, su léxico limitado y su presencia inocua.
En los debates de hace dos años no sólo exhibió sus carencias, sino que denotaba en exceso su pobre intención de mimetizarse con López Obrador. Hablaba como él, se peinaba como él, y tenía su discurso… pero lo hacía de una forma que no los suficientes le creyeron.
Hoy la cosa ha cambiado. Cuitláhuac camina con pies de plomo, ha mejorado notablemente su discurso con las tablas parlamentarias que el Congreso le dio, tomó mundo, se vistió mejor, se peinó el cuñao, y en los debates ha demostrado que no todo son las ocurrencias que otros señalan.
De acuerdo a la última encuesta del Reforma estaría en un empate técnico con Miguel Ángel Yunes Márquez, pero la letra chiquita es lo que cuenta.
Flavio Morales, periodista y asociado de “Proactiva, Consultores en Comunicación”, desmenuzó en el radio el por qué Cuitláhuac está a un pelito de ganar.
En Veracruz el tope máximo de la coalición PAN-PRD-MC lo marca Yunes Márquez con un 43%. El hijo del Gobernador y el Gobernador mismo arrastran a todos los demás aspirantes incluyendo al candidato presidencial Ricardo Anaya, quien apenas tiene en Veracruz un 32%.
Por su parte, la coalición “Juntos Haremos Historia” tiene un tope máximo marcado por López Obrador con un 52%, y es AMLO quien jala y arrastra a los demás, incluyendo a Cuitláhuac García Jiménez que tiene un 42%.
Lo anterior significa que Yunes Márquez ya no tiene para dónde crecer, ha alcanzado su tope máximo y no hay factores externos que puedan hacerlo crecer más, salvo una caída drástica de sus contrincantes.
Peeeeeeeero, Cuitláhuac aún tiene mucho para dónde crecer, tiene todavía un margen del 10% pues el tope máximo sería el 52% de AMLO. ¿Qué tiene que hacer Cuitláhuac? Lo lograría si sus contrincantes se caen o, sencillamente, convenciendo al electorado de que no hagan el voto cruzado.
Esta letra chiquita es la que no se ve tan fácil. Si hoy fueran las elecciones, en la soledad de las urnas es posible que los que piensan votar cruzado no lo hagan y ¡Pum! Gana Cuitláhuac de calle.
Faltan menos de cuarenta días para la elección y un debate gubernamental oficial. Es momento para que Cuitláhuac le eche el último estirón y después sólo administrar la ventaja.
López Obrador es una máquina en Veracruz. AMLO ha estado en plazas públicas de 28 municipios y saluda de mano a cuanta gente le sale al paso por las comunidades que pisa; eso contrasta con los 4 municipios que han logrado pisar Anaya y Meade para echarle el verbo sin eco a la militancia ‘representativa’ de los partidos que le impulsan.
Se burlan de Cuitláhuac porque camina solo y saluda de mano y entrega volantes… pero lo que no entienden sus contrincantes es que esa campaña es la que les está funcionando, mientras los demás se alejan del vulgo. Parafraseando a Clinton. It’s the people, stupids!
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