Más de 200 personas palestinas han sido asesinadas por militares y colonos israelíes en Cisjordania, territorio donde gobierna la Autoridad Palestina.
EL FINANCIERO
Las fuerzas israelíes han irrumpido durante la noche de este sábado en la ciudad de Tulkarem, en el norte de Cisjordania, según fuentes locales recogidas por la agencia palestina Wafa.
Los informes han indicado que se ha producido una “importante incursión” en la ciudad desde su eje occidental por parte del ejército de Israel, que han ido acompañados de dos excavadoras bulldozer.
Además, aviones de reconocimiento están sobrevolando la ciudad y las campos adyacentes de Tulkarem, pero según las fuentes, por el momento no se conoce el propósito y el alcance de este ataque militar.
Este suceso se enmarca en un repunte de la violencia en lo que va de año, que se ha recrudecido tras los ataques del 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en territorio ocupado israelí, que se saldaron con mil 200 muertos y cerca de 240 rehenes (varios de los cuales fueron liberados durante la tregua de finales de noviembre).
En respuesta, el Ejército israelí ha lanzado una contraofensiva en la Franja de Gaza, donde han sido asesinadas unas 20 mil personas palestinas, según cifras de las autoridades gazatíes, a los que se suman más de 280 muertos a manos del Ejército israelí y por ataques de colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.
¿Qué está pasando en Cisjordania, el otro territorio palestino?
Mientras la mirada del mundo se dirige hacia la Franja de Gaza debido a la grave crisis humanitaria en la zona por la guerra de Israel contra Hamás, se ha prestado menos atención a la violencia del Ejército israelí y de los colonos en los territorios ocupados en Cisjordania.
Antes del 7 de octubre, los palestinos de Cisjordania ya estaban experimentando el nivel más alto de violencia de los colonos desde 2006.
Los colonos israelíes, fortalecidos por el gobierno de derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu, han aumentado sus ataques y acoso a las comunidades rurales palestinas desde la escalada de violencia en octubre. Esto se hace a menudo con el respaldo del ejército israelí, mientras los soldados israelíes hacen guardia, impidiendo una respuesta palestina. A veces, los ataques se producen con la participación de los militares.
La organización israelí de derechos humanos B’Tselem informó en noviembre que desde el inicio de la guerra, 16 aldeas y sus 880 residentes palestinos han sido completamente desplazados como resultado de estos ataques.
La proliferación de colonos israelíes armados en Cisjordania, la expansión de los asentamientos ilegales de colonos y ahora la creciente violencia y el desplazamiento forzado provienen de la misma política subyacente que condujo al bloqueo de Gaza durante 16 años: una política israelí que ignora totalmente los reclamos nacionales palestinos.
La política de Israel implica la construcción de nuevos asentamientos para “abortar” el Estado palestino, en palabras del influyente miembro derechista del gabinete Bezalel Smotrich, él mismo un colono.
Esto sucede mientras el gobierno israelí facilita una gobernanza fragmentada entre Cisjordania y Gaza, ambos territorios palestinos separados por la ocupación israelí.