Advierten que reacomodo de diversas áreas podría derivar en una sobrecarga de trabajo; alertan por la falta de evaluación para conocer si los cambios eficientarán labor del árbitro
- LA RAZON
-
Apenas 16 horas después de haberlo recibido, Morena aprobó la madrugada de ayer un paquete de reformas a seis leyes secundarias que disminuyen la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), las cuales podrían representar un revés para el propio partido y el Gobierno, en caso de que el Senado lo avale en los mismos términos, aseguraron especialistas.
Expertos en materia electoral cuestionaron la rapidez con la que los legisladores aprobaron el proyecto y sugirieron que, de haberlo hecho sólo para cumplir con el Presidente, se traduce en una falta de análisis sobre los efectos de dichos cambios.
“No es prudente ni normal, no son cambios menores porque es modificar por completo estructuras administrativas y del sistema electoral mexicano. Resulta indispensable por lo menos conocerlas y esto (la aprobación) es muestra de que muchos legisladores votaron sin saber a ciencia cierta qué estaban votando. Es totalmente irresponsable y revela una falta de ética brutal”, consideró Juan Jesús Garza Onofre, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
En el proyecto de 244 páginas que la Mesa Directiva recibió del grupo parlamentario de Morena, y que integra modificaciones del Partido del Trabajo y del Verde Ecologista, se contempla la creación del Sistema Nacional Electoral (SNE), conformado por el INE, como autoridad rectora, y los Organismos Públicos Locales, como autoridades regionales.
Con esto, se proyecta una compactación y reacomodo de diversas áreas del órgano electoral; la Junta General Ejecutiva del órgano será sustituida por la Comisión de Administración; se fusionan, además, las direcciones Ejecutiva de Organización Electoral y de Capacitación y Educación Cívica, al igual que las direcciones de Administración y de Servicio Profesional Electoral, que conformarán una sola.
En temas financieros, elimina los fondos y fideicomisos del INE, como el Fondo para el Cumplimiento del Programa de Infraestructura Inmobiliaria; además, se establece que los sueldos de los consejeros no podrán ser superiores al del Presidente de la República y prohíbe al INE realizar erogaciones, reasignaciones o crear programas o proyectos con cargo a ahorros y economías de su presupuesto.
Sobre los comicios, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) se unificará con el cómputo de la elección, que deberá empezar el mismo día de los comicios y se transmitirá en tiempo real.
En opinión de Garza Onofre, los cambios dejan un escenario preocupante para el futuro y viabilidad del sistema electoral, porque aunque se desaparecen o modifican estructuras, no ocurre lo mismo con las responsabilidades que se deberá seguir cumpliendo.
La otra institución que toca la reforma es el TEPJF. Uno de los cambios al órgano jurisdiccional prevé eliminar la Sala Regional Especializada, que resuelve los procedimientos especiales sancionadores relacionados con la violación a las normas que regulan el acceso a radio y televisión, la aplicación imparcial de recursos públicos y actos anticipados de precampaña y campaña.
Los asuntos ahora serán materia de una sección resolutora de la Sala Superior y se integrará por tres magistrados electorales que serán rotados cada seis meses.
El investigador de la UNAM advirtió que modificaciones como las que se perfilan para el SNE, que contará con órganos electorales permanentes y temporales, podrían derivar en una sobrecarga de trabajo.
“El INE y el Tribunal no trabajan solamente cuando hay elecciones. Ante lo que se plantea, es disminuir al árbitro y también dotarlo de facultades, con menos recursos, con menos personal, con menos estructura, para que tarde o temprano exista un problema de derechos laborales al interior del INE o que se declare incapaz de poder llevar a cabo lo que le mandata la ley”, recalcó.
José Luis López Chavarría, director del Seminario de Derecho Electoral en la UNAM, también alertó sobre la falta de evaluación para conocer si estos cambios eficientarán las labores de ambos órganos.
Para él, uno de los puntos más alarmantes es la reducción del calendario electoral, donde se propone que los procesos comiencen a más tardar en octubre y ya no en septiembre, como efecto de la “compactación” de pasos como la capacitación y selección de las mesas directivas de casillas, a los que Morena consideró “acciones redundantes”.
“Son actos preparatorios y etapas necesarias para tener un padrón confiable y se legitime paso a paso el desarrollo del proceso electoral. Los cambios implicarán un reto para el INE”, dijo.
Subrayó que haber echado a andar una reforma de cara a dos procesos electorales que implican renovación de gubernaturas, senadurías, diputaciones y la Presidencia es “meter en aprietos” al sistema electoral.