Son las casas de empeño las que tienen mucha actividad en estos días de enero, después del popular y fiestero puente «Guadalupe -Reyes».
La inflación, la falta de inversión Pública y privada que no genera empleos establecidos con prestaciones de ley, así como la recesión económica, la que orilla al pueblo bueno y sabio a recurrir a empeñar una prenda-joya o un aparato eléctrico para «brincar» y hacerle frente al monton de gastos de primera necesidad, los que no se pueden posponer.
El 5to. año de AMLO y cada vez se ve más lejos la posibilidad de que la sociedad, los de hasta abajo, salgan adelante con su propio trabajo, es lo que preocupa y entristece a la ciudadanía.
En Córdoba, no se han cerrado las casas de empeño, al contrario, se han instalado más, de todos los tamaños, hasta en las colonias y localidades, ya es común ver ese tipo de negocios pero, el hambre es canija y más quien sufre por aguantarla.