Futuro verdaderamente desastroso le depara al PRD; en etapa de candidaturas imperó un régimen hitleriano

  1. 4% que le dan las encuestas es escandaloso, vergonzoso e indignante: Sergio Rodríguez.

    Irineo Pérez Melo u Al Partido de la Revolución Democrática (PRD) le depara un futuro verdaderamente desastroso y gran culpa de eso la tendrán las dirigencias formales, pues en la etapa de candidaturas imperó un régimen Hitleriano nunca antes visto, aseguró el diputado de este instituto político Sergio Rodríguez Cortés.

    En entrevista, el perredista mencionó que el 4% que las encuestas le dan al Partido del Sol Azteca es escandaloso, vergonzoso e indignante. La ventaja que tiene el militante es que no se le ha tomado en cuenta en las decisiones de las candidaturas a la Presidencia y a la Gubernatura, así como al Senado y muchas diputaciones, eso trae consigo la posibilidad de tener una militancia liberal como cualquier ciudadano, votar de acuerdo a lo que ven en las campañas.

    Destacó que la salida de Silvano Aureoles del PRD demuestra la militancia liberal que este proceso electoral traerá consigo. “Los militantes no somos parte de las decisiones del PRD y así lo demuestra el Gobernador de Michoacán y así lo harán millones de mexicanos”, añadió.

    Se nos olvidó, dijo, que una organización política por sí debe escuchar y tomar en cuenta a la gente que representa y a los que han ganado la confianza del pueblo ganando elecciones, con estas figuras se construye un partido y no sólo con las dirigencias. Quienes tienen cargos partidistas no trascienden con el electorado, si el PRD nacional expulsa a Silvano Aureoles y se confirma el triunfo de Morena, al PRD no le quedará un gobierno representativo en el país”, subrayó.

    Aseguró que cuando el jefe de Gobierno de la CDXM, Miguel Ángel Mancera, se prestó para la elección interna para la Presidencia de la República, más de un perredista anhelaba que los dirigentes verdaderos del PRD -líderes de las corrientes- hubieran cambiado su visión de partido y regresar a la época de epopeya de la gran conformación del Frente Democrático Nacional (FDN) en donde el objetivo era llevar a los mejores hombres y mujeres a los cargos de elección popular.

    “Actores como Silvano Aureoles o Rafael Moreno Valle habían manifestado la necesidad de que hubiera un amplio consenso en el candidato y que pasara, por lo menos, el filtro de ser electo democráticamente”.

    “No obstante nuevamente se hicieron oídos sordos y el 9 de diciembre, tras el registro de la Coalición por México al Frente, los líderes más representativos se negaron a iniciar un proceso de consulta bajo cualquier mecanismo pero que legitimara al joven Ricardo Anaya, quien no ha ganado una elección popular ni siquiera como jefe de manzana en alguna remota colonia de Querétaro”, puntualizó.

    Y fue más allá, al señalar que el joven Maravilla, como lo llaman, fue ungido ese fin de semana en el marco del Consejo Nacional de MC, PRD y PAN sin la emoción o la convicción que genera un precandidato en una campaña interna, con eventos más parecidos a la presentación de un nuevo iPhone que al proyecto que debiera unificar a institutos políticos tan importantes como los que integra el “Frente por México”.

    De manera enfática señaló que no existe en Ricardo Anaya la experiencia para delegar la responsabilidad de dirigir un país como México y que tampoco existe referencia alguna que lleve a confiar en él para ser quien conduzca a este país y que eso lo sabían los líderes que concretaron el “Frente por México”.

    Sin embargo, manifestó que “pudo más la comodidad de seguir teniendo el control absoluto sobre los órganos de dirección y no permitir el debate, la opinión, el consenso y la discusión de qué es lo que deseaban que los intereses de la nación y la posibilidad de presentar un candidato al nivel de las exigencias del momento que atraviesa México y su sistema democrático endeble”.

«Les dio miedo promover la competencia, la democracia, la expresión libre, y por el contrario, circunscribieron el discurso a cambiar el régimen político sin cambiar los métodos centralistas como Frente o instituciones políticas, y está decisión fue la que llevó a Ricardo Anaya a ser un candidato con un descontento sin precedentes en los institutos políticos que lo postulan», concluyó.