Por El último jalapeño.
México es un país en la tercera edad, como algunos dicen, es un país de viejos, cada año, se jubilan o se pensionan según sea el caso, una gran cantidad de personas adultas mayores, dejan su vida laboral e inician el largo camino de los achaques, los recuerdos y los olvidos.
Es común, recorrer algunas calles de la ciudad o de algún municipio y encontrarse con algún adulto mayor, algunas veces a personas en alguna difícil situación, y estar en está condición senil. La distribución demográfica del envejecimiento cada vez se percibe más en nuestro país, y no tienen reemplazo.
Hoy los jóvenes, andan ocupados en otras cosas, trabajo, estudio, amigos, ejercicio, antros, redes sociales y un largo etcétera. Hoy los jovenes buscan relaciones sentimentales, sin compromiso, sin tener descendencia, y es ahí, en dónde se agrava la situación en la población.
El relevo generacional va disminuyendo, en no pocos años el país y el estado de Veracruz, tendrá una gran cantidad de adultos mayores, y los jóvenes que actualmente no quieren tener hijos, no ven esa situación a futuro.
Y el gobierno federal en vez de hacer algo por esta situación, en vez de estimular los nacimientos de una manera controlada, prefiere regalar dinero, con una supuesta «pensión», no contributiva, para los adultos mayores, dinero que en muchos casos no es suficiente para subsanar las necesidades básicas.
Y así, en las historias cotidianas de la ciudad, nos encontraremos con algunas más, al tiempo.