La aspirante a la Casa Blanca prometió revivir el proyecto bipartidista sobre seguridad fronteriza que fue sepultado durante el gobierno de Donald Trump.
PROCESO
CHICAGO (apro).– Con la promesa de defender los principios constitucionales y democráticos de Estados Unidos, Kamala Harris aceptó la nominación como candidata presidencial demócrata y el reto de derrotar al republicano Donald Trump en la elección del martes 5 de noviembre.
Junto a Tim Walz, su compañera de fórmula, la actual vicepresidenta de Estados Unidos fue arropada por todas las fuerzas políticas y sociales de los demócratas congregados en Chicago, Illinois.
“En esta elección nuestra nación tiene una oportunidad preciosa y fugaz de superar la amargura, el cinismo y las batallas divisorias del pasado; una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante, no como miembros de un partido o facción, como estadunidenses”, declaró Harris tras aceptar la candidatura demócrata para disputar la Casa Blanca.
Consciente de que ella entalla en la bandera de esperanza de muchos integrantes de las minorías étnicas de Estados Unidos que temen a la retórica segregacionista de Trump, Harris anotó: “Prometo ser una presidenta para todos”.
Al hablar a sus correligionarios en la Convención Nacional Demócrata, sesionando en el United Center de Chicago, Harris delineó los motivos por los que intentará vencer al candidato presidencial republicano.
“Sabemos cómo sería un segundo mandato de Trump, todo está en el Proyecto 2025”, subrayó la vicepresidenta, para luego agregar: “En muchos sentidos, Trump es un hombre poco serio, pero las consecuencias de ponerlo de nuevo en la Casa Blanca son extremadamente graves; piensen en el poder que tendría, especialmente después de que la Suprema Corte de Justicia acaba de dictaminar que sería inmune al procesamiento penal”.