A Karime Macías le fueron inmovilizadas las cuentas bancarías desde el pasado 10 de enero, fecha en la que se realizó la última audiencia en el proceso de extradición al que está sujeta en Reino Unido.
PROCESO
XALAPA, Ver. (apro).- A Karime Macías Tubilla, esposa del exgobernador priista, Javier Duarte de Ochoa en el periodo 2010-2016, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) confirmó que le fueron “congeladas” sus cuentas bancarias en México.
Macias Tubilla, exesposa del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte hasta que el exmandatario fue aprehendido en junio del 2017 en el balneario de Panajachel en Guatemala, tiene pendiente una audiencia el próximo 17 de febrero en el Reino Unido de donde podría ser extraditada a México para ser presentada ante la justicia.
Karime Macias saltó a la fama en medios nacionales mexicanos e internacionales, cuando el 20 de febrero del 2017, el entonces gobernador, Miguel Ángel Yunes “reventó” una bodega del entonces diputado local priista, Juan Manuel del Castillo -amigo personal de Duarte- y en donde el entonces matrimonio Duarte-Macías “guardaba” obras de arte, autorretratos de la familia en oleos, joyas, sillas finas para equitación, ropa de alta costura, una colección completa de balones de los últimos 12 mundiales de fútbol, plumas y bolsas europeas entre otros artículos suntuarios.
Entre lo decomisado se encontraron diversas libretas Mont Blanc y Moleskine, escritas con «puño y letra» de la propia Karime Macías, en donde se dan «pistas» y detalles concretos de propiedades de Javier Duarte en México y en Europa, así como cuentas bancarias que fueron vitales para continuar la investigación abierta en contra.
En una libreta Mont Blanc, peritos ministeriales hallaron una plana completa escrita por Karime Macías, con la leyenda: «sí merezco abundancia, sí merezco abundancia».
Desde un departamento lujoso en Londres, Inglaterra, Karime Macías se ha movilizado con el mismo cuerpo de abogados que utiliza Javier Duarte, para pedir “asilo político” pues se ha quejado que en México es perseguida por los adversarios políticos de su exmarido, adversarios que van desde el exgobernador, Miguel Ángel Yunes, el exsecretario de gobernación, hoy senador priista, Miguel Ángel Osorio Chong, así como el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador y el actual gobernador veracruzano, Cuitláhuac García.
A Karime Macías le fueron inmovilizadas las cuentas bancarías desde el pasado 10 de enero, fecha en la que se realizó la última audiencia en el proceso de extradición al que está sujeta en Reino Unido.
En el archivo muerto, quedó la promesa de la extinta Fiscalía General de la República y de la anterior Fiscalía General del Estado (FGE) de “investigar” un desvió de recursos del erario veracruzano superior a los 240 millones de pesos, otorgados por Duarte de Ochoa a su suegro Tony Macías a través de convenios publicitarios al Heraldo de Coatzacoalcos -propiedad de la familia Macías-, Heraldo de Xalapa y otros rotativos de está cadena periodística.
Karime Macías fue presidenta del DIF en el periodo 2010-2016, sus propios empleados relatan que en cada informe de labores era un completo viacrucis juntar material para vestir el acto protocolario, pues Macías era una servidora pública renuente a acudir a las zonas marginales como la Sierra de Zongolica y Sierra de Soteapan.
Incluso, en su tercer y cuarto informe, tuvieron que llevarla en helicóptero un par de semanas antes del informe, para tener videos y fotografías de Karime Macías conviviendo con niños y adultos mayores indígenas y pobres de Veracruz.
Previo a la fuga de Javier Duarte de Casa Veracruz hacía Guatemala, empleados estatales recuerdan que, en la segunda semana de octubre del 2016, la familia Duarte-Macías comenzó a vaciar el inmueble gubernamental.
Mientras el exgobernador, Javier Duarte optó por regalar sus zapatos Prada, sus chamarras Salvatore Ferragamo y sus camisas europeas entre la servidumbre y los escoltas de Casa Veracruz; Karime Macías decidió mandar a traer un camión para llevarse a casa de sus familiares, sus zapatillas Jimmy Choo (calzado de hasta ochenta mil pesos), sus vestidos Valentino y una alacena con perfumes Chanel, para no dejar ni una sola prenda a manos de las autoridades estatales.