La ruptura del Perito Moreno, uno de los mayores espectáculos del mundo, fue de noche y sin público

El hielo eterno rompe su puente por quinta vez en el siglo y con el parque cerrado

El estruendo, y el eco que lo persigue, cortó la madrugada del lunes como un sable, aunque nadie pudo escucharlo. El glaciar Perito Moreno, ubicado en la provincia de Santa Cruz, a 2.000 kilómetros de Buenos Aires, rompió el tradicional puente por cuarta vez en lo que va del siglo y muchas de las personas que viajaron para presenciar el fenómeno se quedaron con las ganas. El segundo hielo eterno más grande de Argentina congrega a un millón de visitantes al año y convierte al Parque Nacional Los Glaciares en el segundo más concurrido del país, detrás de las Cataratas del Iguazú.

Más de 6.000 personas se prepararon para lo que iba a ser una de las rupturas más espectaculares de la historia. Incluso muchas viajaron especialmente para la ocasión luego de que el sábado a las 8.40 se anunciara la filtración de agua que inicia el proceso de desprendimiento. Sin embargo, la naturaleza se reservó el espectáculo para sí misma y no existen imágenes del fenómeno.

Hasta el intendente del Parque Nacional, Germán Solveyra, se lo perdió. Afirmó a la agencia Télam que no podía especificar la hora en que el arco de hielo formado por el Brazo Rico y el Canal de los Témpanosse se desplomó “ya que a partir de las 22 horas (del domingo) la zona fue liberada de público”. El hombre también sostuvo que “no hubo ni una gran caída única, por lo que pudimos apreciar y según las experiencias anteriores”.

Luciano Bernacchi, director del museo Glaciarium, explicó a EL PAÍS que “el proceso siempre ocurrió con intervalos irregulares. Desde los primeros registros de finales del 30, pasó con intervalos de cuatro a seis años. En 1988 hubo una rotura grande que coincidió con el auge turístico del lugar y después de eso no sucedió por 16 años”.