La foto de esta nota no deja lugar a la duda. Miguel Ángel Yunes, Marques, recostado en el interior de palacio de gobierno, mientras el entonces dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, haciéndose el gracioso roncó durante varios minutos. Ahí, en ese momento, nadie les dijo algo o puso algún inconveniente a los alcaldes panistas que encabezaba en una acción protagónica y mediática, quien ya aspiraba a la candidatura azul a gobernador.
A estos pernoctadores nadie les señaló que ahí no era las oficinas de finanzas para reclamar las participaciones federales, como lo hicieron ayer por la noche, antes de sacar a empujones a los empresarios veracruzanos de la casa del pueblo. A los alcaldes nadie puso en tela de duda su investidura pese a que había en ese momento muchos colados; ahora se ordenó analizar las cuentas que se pretenden cobrar al gobierno del estado, derivados de presuntos contratos con Javier Duarte, por aquello de que si tienen “sustento legal” o si son cómplices de Duarte con adeudos ficticios. Hágame usted favor, es decir que por cobrar un servicio ya prestado ahora serán investigados…