Institución que sustituyó al Seguro Popular invierte 3,520 mdp en enero de 2020 y 34 mdp en mismo mes de 2022; da 4,716,853 atenciones menos; nuevo esquema, a cargo del Seguro Social, busca proteger a los no afiliados; estados deben firmar segunda adhesión; ONG ve retrocesos
EL UNIVERSAL
Desde la entrada en funciones del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el 1 de enero del 2020, cuyo propósito fue sustituir al Seguro Popular para brindar atención y medicamentos a la población más vulnerable, aquella sin seguridad social, su gasto ha caído 99 por ciento y las consultas brindadas descendieron 70.1 por ciento, al comparar las cifras reportadas entre enero de aquel año y el mismo mes del 2022.
Para Mariana Campos, coordinadora del programa Gasto Público de la organización México Evalúa, lo anterior es consecuencia de una transición “inoportuna”, pues desde sus orígenes el Insabi se mostró como “un sistema que no tenía definición en términos de cómo iba a operar y cuál era el esquema de cobertura que ofrecía a los beneficiarios de ese programa”.
Con la implementación de este sistema de salud, Campos aseguró a La Razón que el Gobierno de México actuó en forma “regresiva” en materia de derechos humanos, pues con ello se redujo la protección médica a personas sin seguridad social, como lo muestran las cifras.
“Yo creo que es un instituto que, al nacer sin definición, nació muy vulnerable y con una muy alta probabilidad de fracaso”, comentó.