Desalojo de palacio de Gobierno respuesta inadecuada e injusta, pues hay preferencia para algunos empresarios que ya se les pagó: Guillermo Trujillo.
Irineo Pérez Melo u Al considerar que fue un trato innecesario el ordenar desalojar a los empresarios de la sala de recepción de la oficina del Gobernador del Estado, Guillermo Trujillo Álvarez, presidente de la Red Evangélica del Estado de Veracruz, advirtió que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares “está obligado a atender y resolver los problemas de los veracruzanos, pues su gestión termina el 30 de noviembre”.
En conferencia de prensa, el representante evangélico consideró necesario que el ejecutivo estatal atienda las demandas de los empresarios relacionadas con el pago de adeudos pendientes desde la administración de Javier Duarte, ya que desde el inicio de su gobierno instruyó que todas estas empresas comprobaran y al solventar la existencia del adeudo, se dieron promesas de pago, de ahí su solicitud de platicar con él y ver cuando se les pagaría.
Al manifestar su solidaridad con los empresarios desalojados, muchos de ellos amigos e integrantes de la grey evangélica, expresó que la respuesta dada por el mandatario veracruzano “no fue la adecuada y el trato fue injusto, porque sabemos que hubo preferencia para algunos empresarios cercanos al gobierno actual, a quienes se les cubrió el adeudo”.
Expresó que como representante de la grey evangélica en el estado de Veracruz, también le solicitaron una audiencia con el titular del ejecutivo y nunca se tuvo una respuesta satisfactoria y no fuimos atendidos, “y sabemos de otros sectores que el Gobernador no atendió”, abundó.
En ese tenor, insistió en que no se debe ignorar a un sector tan importante, como es el caso de los empresarios, porque son personas que invierten su dinero, crean empleos y el trato dado fue innecesario, porque “él (Gobernador) está para servir y atender a su gente”.
Lamentó que haya ordenado sacarlos de Palacio de Gobierno y confió en que estos adeudos pendientes no se hereden a la siguiente administración estatal, como ocurrió con Javier Duarte. “Un gobernante de cualquier nivel tiene la obligación de servir, el salario que perciben es producto del pago de nuestros impuesto y de alguna manera y otra son nuestros empleados y no merecemos un trato soberbio”, añadió.