Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, reiteró este martes que su partido votará en contra de la reforma electoral y aseguró que Morena tiene problemas con sus partidos aliados en las leyes reglamentarias, que contempla el plan B del presidente Andrés Manuel López Obrador, para que la iniciativa sea aprobada en la Cámara de Diputados.
“Nosotros lo que vemos es que no tienen los votos de la oposición para una reforma constitucional, pero también estamos viendo que tienen problemas con sus aliados para las leyes reglamentarias”, dijo en conferencia de prensa.
“Está claro a todas luces que no es el tiempo, ni la pertinencia, ni el momento de presentar ese tipo de iniciativas, pero ya presentada tenemos claro que no ayuda a la fortaleza democrática, no ayuda a las instituciones electorales, ni a la equidad en la competencia electoral, por eso nuestra posición es en contra”, agregó Moreno.
Respecto a que la discusión de la reforma electoral, que estaba prevista para hoy, se aplazó hasta el 6 de diciembre en la Cámara de Diputados, Moreno dijo que no importa el tiempo ni los términos de la iniciativa porque no pasará.
“Con los votos en contra del PRI, PAN, PRD, pues obviamente no tendrán los votos para alcanzar la reforma constitucional y no se aprobará”, resaltó.
Esta mañana, el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier Velazco, informó que la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en la Cámara de Diputados acordó que la discusión y votación de la reforma electoral se posponga para el próximo martes.
El diputado de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, aseguró en sus redes sociales que se pospuso la discusión de la reforma porque Morena no tiene consenso interno.
“Morena no tiene consenso interno porque ni siquiera a sus propios diputados les permitió hacer propuestas. Además saben que no cuentan con los votos”, acusó.
En su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador, reconoció que es “políticamente un hecho” que el bloque de la oposición impedirá la reforma constitucional en materia electoral, pues “quieren seguir entregando dinero a los partidos” y tendiendo control de los órganos y el Tribunal Electoral.
Ante el panorama, López Obrador insistió en que presentará un plan B para la reforma electoral, el cual contemplaría una iniciativa de ley que no sea a nivel constitucional y que no requiera la mayoría calificada para su aval.
“Yo quiero que antes de que termine el periodo se vote y como es una reforma legal, no se necesitan dos terceras partes de los votos, la reforma constitucional ya hemos visto que de 500 legisladores para una reforma constitucional se requieren 334, entonces ellos con 150 bloquean”, indicó.