Por Daniel Córdoba/El Bufón
De regreso a la política cordobesa, este humilde columnista se encontró una ciudad 400 manchada por la violencia, pero la violencia entre partidos y grupos de poder.
Dejeme le cuento.
En la arena local, la designación de Mini Let, (como la bautizaron algunos reporteros en reunión celebrada en un hotel de la ciudad), ha prendido las luces entre los partidos, y más al interior del panquiazul. El motivo es sencillo, de ganar la elección como seguramente pasará, la mandamás del edificio de 21 arcos tendrá toda la Sartén por el Mango para decidir los destinos de la hoy delegación, moviendo a su sentir el futuro de la agrupación fundada por Gómez Morín en esta ciudad. Ante ello, se han abierto frentes de fuego amigo; unos ya trabajan para la dueña de uno de los pasquinsotes en pleito irreconciliable, mujer que se pinta de naranja o del tono que la ocasión amerite, mientras otros hacen Time back en conocida oficina edilicia del poder local.
Hacia afuera, la cosa también está que arde.
Los seguidores del fuego que se porta en manos, donde sus líderes no tienen nada de campesinos, pretenden ganar violentando al «elmerolas», olvidando que para agresivos, agresivos y medio, demostrado hace días cuando les dió una cucharada de su propio violento chocolate.
Estos líderes charros, que se mantienen a base de cuotas por supuestas gestiones para obtener terrenos irregulares, iniciaron una guerra contra la autollamada primera mujer presidenta electa, mandando alfiles y peones a manifestarse, siendo los primeros unos jóvenes porros y señores morenistas los utilizados para el ruido, continuando la estrategia con el eterno líder charro Jorhs Acedaño. En conjunto, ni una pluma le han quitado a la presidenta, y menos lo harán con su discurso campañero de logros priístas, donde presumen haber influido en la Independencia de México. (En serio lo dijo el líder andcorcho).
Los que tienen su guerra civil al interior de su casa partidista, son los ahijados de MALO, quienes entre demanda y quejas en el árbitro electoral, no acaban de definir la candidatura de Arroyos (no llega a Ríos) Uribe. En esa fracción, si logran salir a campaña, tendrán que enfrentar denuncia por actos anticipados de campaña que seguirán desgastando a los pejistas. En resumen, mal y de malas, pero eso sí, juran que ganan sin despeinarse.
El que puede hacer ruido, luego de recibir un portafolio de «documentos», es el aspirante del panal de abejas, que trae órdenes del jefe Duartin y del Benítez y te Juítez; para mandar su amor y sufragios al mejor postor.
Lo cierto, es que la batalla por los votos está a la orden, y no tardarán en sentirse los misiles de la guerra sucia, más poderosa que las armas bacteriológicas.
Nos leemos la próxima, sin olvidar que las historias, no son Nada Personal.