«No sabe que es la única de la familia»: niña sobreviviente del sismo en Siria queda huérfana

Ante un saldo de víctimas que no para de aumentar, Unicef teme una «cifra aterradora» de niños que perdieron a sus padres

EL UNIVERSAL

En un hospital del noroeste de SiriaHanaa, de ocho años, pide todos los días noticias de sus padres y su hermana. No sabe aún que es la única de la familia que sobrevivió al terremoto.

El sismo que devastó el 6 de febrero regiones enteras en Siria y Turquía, con un balance de casi 40 mil muertos, ha dejado muchísimos huérfanos.

Ante un saldo de víctimas que no para de aumentar, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) teme una «cifra aterradora» de niños que perdieron a sus padres.

Hanaa fue rescatada de los escombros 33 horas después del terremoto en la localidad de Harim, cerca de la frontera con Turquía, donde se derrumbó el inmueble en el que vivía con su familia.

«Intentamos salvar su padre, un socorrista, su madre y su hermana, pero murieron todos», afirma Abdallah Charif, el tío de la niña, en el hospital vecino de Maarrat Misrine en el que fue ingresada.

«Pide sin cesar noticias de su padre, su madre y su hermana» Waad, de cuatro años. «No osamos decirle la verdad. Respondemos que están en otra sección del hospital», agrega.

En su cama de hospital, rodeada de globos de San Valentín, la niña de ojos claros intenta sonreír a pesar de las heridas en el rostro y un yeso en la mano.

Bassel Stefi, el médico que se ocupa de ella, explica que llegó en estado crítico.

«Estaba deshidratada tras más de 30 horas bajo los escombros sin beber ni comer con este frío. Ahora está en la unidad de cuidados intensivos, su estado es estable, pero corre el riesgo de que haya que amputarle un brazo», dice.

El tío de Hanaa teme que el estado de la niña se agrave si se entera de la muerte de sus familiares, y prefiere recurrir a especialistas para anunciarle la noticia.

«Los niños están expuestos a graves riesgos psicológicos a raíz de la amplitud del shock», explica a la AFP Samah Hadid, una responsable del Consejo Noruego para los Refugiados de Oriente Medio.

Hanaa solo tiene a sus abuelos y tíos para criarla en esta región bajo control de los rebeldes, donde gran parte de la población ha llegado desplazada desde otras zonas de Siria en guerra.