Pese a que había prometido que en la recta final de su administración la incidencia delictiva se reduciría 50%, ésta ha superado a los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto
EL UNIVERSAL
Rumbo a su recta final, el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador acumula por lo menos nueve récords históricos en materia de incidencia delictiva que muy probablemente herede a quien lo releve en el cargo en octubre del año próximo.
Pese a la estrategia de seguridad implementada, llamada “abrazos, no balazos” y la creación de la Guardia Nacional, durante el gobierno del tabasqueño se tienen las cifras más altas de víctimas de homicidio doloso, lesiones dolosas, feminicidio, extorsión y secuestro, así como de carpetas de investigación por narcomenudeo, violencia familiar y violación, delitos de alto impacto del fuero común.
Promesa incumplida
En el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, el presidente López Obrador prometió que para el final de su administración los índices delictivos disminuirían 50% con respecto a 2018, el último año del expresidente Enrique Peña Nieto, considerado uno de los sexenios más violentos.
“Para entonces la delincuencia organizada estará reducida y en retirada. Los jóvenes no se verán empujados a las conductas antisociales y se privará a la criminalidad del semillero de nuevos integrantes que hoy representa la exclusión de los jóvenes del estudio y el trabajo.
“Los índices delictivos —de homicidios dolosos, secuestros, robo de vehículos, robo a casa habitación, asalto en las calles y en el transporte público y otros— se habrán reducido 50% en comparación con los de 2018 y México habrá dejado de ser la dolorosa y vergonzosa referencia internacional como tierra de violencia, desaparecidos y violaciones a los derechos humanos”, señaló el mandatario en el Plan Nacional de Desarrollo aprobado por la Cámara de Diputados.
Sin embargo, la actual administración es desde mayo de 2023 la más violenta de la historia reciente del país al superar los asesinatos ocurridos en los sexenios de Enrique Peña Nieto y de Felipe Calderón Hinojosa, respectivamente.
Desde Tamaulipas, López Obrador reconoció en junio que su gobierno, que actualmente suma más de 170 mil asesinatos, es el más violento y lo atribuyó a una “mala herencia en seguridad”.
“El fracaso de la estrategia de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador es tan evidente como alarmante. La erosión de las capacidades de las instituciones de seguridad y de justicia ha dejado un país en el que la ciudadanía sobrevive en el fuego cruzado”, consideró el director del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), Francisco Rivas Rodríguez.
A nueve meses para que termine el sexenio, el primer año de gobierno de López Obrador se mantiene como el más violento con un total de 34 mil 720 víctimas de asesinato en el país, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En dicho año también se alcanzó la cifra más alta de víctimas mujeres de homicidio doloso, con 2 mil 876 casos, conforme al reporte de Violencia contra las mujeres del propio SESNSP.
En 2019 se contabilizaron 181 mil 937 víctimas de lesiones dolosas, la incidencia más alta de este delito antesala del homicidio, de la que se tenga registro.
Y en 2021 se tiene la marca de mil 18 víctimas de feminicidio en el país, donde la violencia contra las mujeres en distintas modalidades se ha incrementado en los últimos años.
Récords en extorsión y secuestro
Otro de los récords de incidencia delictiva que carga la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador es en materia de extorsión, que el año pasado contabilizó 11 mil 39 víctimas, en tanto que de enero a noviembre de 2023 van 10 mil 255 casos registrados, por lo que es muy probable que este año se imponga nuevo máximo histórico en este delito.
De acuerdo con las autoridades, las bandas criminales locales dejaron atrás el trasiego de cocaína, marihuana y otras drogas para dedicarse al cobro de piso en diferentes modalidades, lo que ha disparado la extorsión, un delito que se denuncia poco en las fiscalías o procuradurías estatales.
Según los registros históricos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el secuestro impuso récord de víctimas en 2019, con mil 629, y en 2022 se abrieron 86 mil 386 carpetas de investigación por el delito de narcomenudeo en el país, lo que representa la cifra más alta.
Por su parte, la violencia familiar, que durante el confinamiento por la pandemia ocasionada por el Covid-19 repuntó, registró su nivel más alto en 2022, año en el que se contabilizaron 270 mil 544 carpetas de investigación abiertas en las fiscalías o procuradurías estatales.
En tanto, el delito de violación sumó el año pasado 23 mil 101 carpetas de investigación, la cifra más alta para este delito de alto impacto, de acuerdo con las estadísticas del propio Sistema Nacional de Seguridad Pública.
“La incidencia de extorsiones, violaciones, violencia familiar, otros delitos que atentan contra la libertad personal y otros ilícitos que atentan contra la vida y la integridad personal siguen en aumento en el país”, sentenció Rivas Rodríguez.