Sin duda de las pocas acciones que estaban afectando esta administración era la decisión de Transito Municipal en implementar retenes a la salida de Córdoba, principalmente en la zona que entronca con Amatlán, en Peñuela.
Durante varios meses las voces inconformes se empezaron a escuchar en las redes sociales y dejaron de ser a manera de preventivos para convertirse en retenes sancionadores donde según los quejosos te inspeccionaban hasta “los calzones” ….
Lo que si es cierto es que, por estos retenes, Córdoba estaba dejando de ser la ciudad que comercializa la región sumamente poderosa en económica, donde se asientan mas de ocho ingenios azucareros y decenas de trapiches productores de endulzante, por el otro lado los productores de café, ya nadie quería entrar a comprar por temor a ser parados sin cometer infracción alguna.
Por aquí se instalaban, de inmediato los grupos en la red social de WhatsApp y Facebook se daban a la tarea de alertar y simplemente la afluencia a la ciudad bajaba drásticamente, claro lo que aprovechaban pequeñas ciudades como Cuitlahuac, Yanga, Paso del Macho, Coscomatepec, Fortín de las Flores, Chocamán, incluso Orizaba.
La mañana de ayer 3 de enero, el alcalde señaló de manera enfática que ante algunos señalamientos se dialogó con la Dirección de Transito y se quitaran los retenes, incluidos los alcoholímetros, aunque aclaró y pidió a los conductores manejar con precaución y no manejar en estado de ebriedad porque sucede que quietan este dispositivo y aumentan los accidentes.
Respecto al alcoholímetro algunas personas opinan que si deberían continuar para evitar accidentes, aplicando la ley de manera justa, sin costos indebidos.