El valor que debe fomentar la política es la caridad y ésta debe expresarse en el encuentro de persona a persona, refiere.
Irineo Pérez Melo.- Una mejor forma de que los ciudadanos sean libre y el mejor camino para buscar el bien común es la participación de todos en la política, la cual debe reflejarse con su voto en las próximas elecciones del 2 de junio, aseguró la Arquidiócesis de Xalapa.
En el comunicado dominical que emite la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, hace alusión al mensaje emitido por los Obispos veracruzanos, quienes recuerdan a todos los ciudadanos que al participar en la política “pues ésta tiene un gran valor para mejorar la vida de todos”.
Se destaca que “el valor que hay que fomentar en la política es principalmente la caridad, como la virtud más importante, y la verdadera caridad debe expresarse en el encuentro persona a persona a través de los diversos recursos que las instituciones de una sociedad organizada, libre y creativa son capaces de generar”.
Y enfatiza: “La sociedad debe fomentar la caridad y ésta madura la libertad y la elección del bien de todos.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, se menciona que el creyente que se ha encontrado con Cristo resucitado tiene la luz necesaria para elegir aquello que lo hace crecer y buscar el bien de los demás.
Señala que «un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en el campo de la más amplia caridad, la caridad política.
“La política, que es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común». El camino de la caridad política es la participación de todos los ciudadanos en las próximas elecciones del 2 de junio”, refiere el comunicado.
Finalmente, se indica que Dios siempre se manifiesta en nuestra vida. Él siempre nos ha dirigido su Palabra salvífica, para rescatarnos de las esclavitudes concretas que nos roban la verdadera libertad y toda la riqueza personal y comunitaria.
El hombre fue creado por Dios para ser libre, es decir, para elegir entre el bien y lo mejor. La libertad no es hacer lo que uno quiera sin ninguna referencia a los demás y al bien. La libertad es amar el bien y la verdad, refiere por último.