Se hacen promesas que, con el paso del tiempo, son fantasías y puras quimeras, y es difícil mantener la paz, señala.
Irineo Pérez Melo.- Debido a la mentira y engaño, y de promesas sin cumplirse, el capital social de la confianza entre las personas se ha erosionado completamente, pues siempre se hacen promesas que, con el paso del tiempo, son fantasías y puras quimeras, recriminó la Iglesia Católica.
En el comunicado dominical emitido por la oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, se destaca que “es muy difícil, para todos que ya hemos vivido este primer trimestre del 2023, mantener la paz en medio de la tormenta si no tuviéramos a la persona de Cristo resucitado con su proyecto de humanización y transformación desde dentro de las estructuras sociales, económicas y políticas.
¿Por qué estamos perdiendo la paz durante este 2023?, cuestiona y se responde: “porque las relaciones humanas cada día son más superficiales e indiferentes, los sistemas de salud son muy caros e inaccesibles para la mayoría de la población, no hay ni se crean suficientes fuentes de trabajo para vivir con dignidad,
Recuerda que el evangelio de San Juan nos presenta la persona de Jesucristo como la única persona capaz de darnos aliento, ganas para ser mejores personas en el compromiso con la transformación de las circunstancias que nos lastiman y la fuerza para tomar las mejores decisiones que nos comprometan para generar la justicia y la paz: “Jesús dijo a sus discípulos: No se turben. Crean en Dios y crean también en mí” (Jn 14,1). En Cristo podemos tener todo lo necesario para vivir con dignidad.
Si el hombre no tiene a Cristo en su interior se hace insensible al compromiso y responsabilidad con los verdaderos proyectos que generen el progreso de todos y para todos, se añade en el comunicado signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos.
Finalmente, se menciona en el documento que el hombre en Cristo tiene la fuerza y la sabiduría para vencer cualquier tipo de traiciones, engaños, robos y violencia social. En Cristo podemos vivir con dignidad.