Arturo Reyes Isidoro
Leí ayer en la página de MedlinePlus:
“El vitiligo causa manchas blancas en la piel. También afecta sus ojos, boca y nariz. Ocurre cuando se destruyen las células que dan color a la piel. No se conoce la causa de la destrucción celular. Es más común entre las personas con enfermedades autoinmunes y puede tener una tendencia familiar. Suele comenzar antes de los 40 años.
Las manchas blancas son más comunes donde la piel está expuesta al sol. En algunos casos, las manchas se diseminan. El vitiligo puede provocar la aparición anticipada de canas. Si tiene la piel oscura, puede perder color dentro de la boca”.
Me parece oportuno y positivo que el candidato presidencial José Antonio Meade no aluda referirse a este padecimiento que tiene.
Ayer se dio a conocer que los tres principales candidatos presentaron los anuncios con los que comenzarán sus campañas a partir del viernes.
En el caso del exSecretario de Hacienda, en uno en el que aparece dirigiéndose a un grupo de jóvenes universitarios, les dice: “Hablo inglés bastante bien, me encanta la lectura y he leído muchos libros y no tengo ninguna mancha… más que el vitiligo”.
Más allá del mensaje interesado, directo, para tratar de atraer votantes, interpreto que subyace otro no menor ni menos importante: Meade nos está diciendo que es como el común de la gente, de carne y hueso, y que no escapa a la condición de todo ser humano de estar expuesto a sufrir una enfermedad.
Cuando se oficializó que sería el candidato del PRI y todos los reflectores se enfocaron hacia su persona, entonces todos voltearon a verlo y a muchos llamó la atención sus manchas.
Despertaron curiosidad, interés y hasta morbo, y entonces nadie se apresuró a informar que padece vitiligo, lo que para nada afecta su desempeño personal profesional, como lo ha demostrado, además, su paso por importantes oficinas públicas, incluso en forma brillante.
Creo que desde ahí comienza la transparencia, en este caso la suya, que no oculte o trate de ocultar nada incluso respecto de su persona como su estado de salud.
En un político es importante, al menos eso creo, que es preferible que presente manchas por fuera, evidentes, como las de Meade por causa de una enfermedad, a que lleve por dentro y oculte otras peores por abuso de poder, por corrupción, por tráfico de influencias, por lavado de dinero, por crímenes cometidos desde el poder, por represión a la prensa, etcétera.
Hay de manchas a manchas, pues. A mi siempre me ha gustado un bolero que se llama “Como se lleva un lunar”, que interpreta Álvaro Carrillo y cuya letra es de Antonio Prieto.
“Como se lleva un lunar, / Todos podemos una mancha llevar, / En este mundo tan profano, / Quien muere limpio, no ha sido humano”, dice de entrada. Quién no ha cometido un desliz, un error, algunos una traición, otros un engaño. Muchos se arrepienten y lo confiesan buscando el perdón. ¿Alguien está a salvo de llevar un lunar, en sentido literal o figurado?
Relacionado un poco con esto, hay otra frase de un bolero, no recuerdo de quién, que dice que mata más la duda que el desengaño.
De vuelta al terreno político electoral, Meade esclarece qué tiene, por qué sus manchas. Quita la duda. Creo que en su sano juicio, nadie se hubiera atrevido a preguntarle en un acto público a causa de qué. Qué bueno que tomó la iniciativa. Los electores también tenemos derecho a saber qué de quienes nos quieren gobernar.
De ladrón a ladrón
Ayer temprano, de El Lector @LiteraturayMas me encontré lo siguiente en Twitter:
“Para reflexionar
El ladrón vulgar te roba: El dinero, el reloj, la cadena, el móvil, el auto.
El político te roba: La felicidad, la salud, la vivienda, la educación, el futuro, la pensión, la diversión y el trabajo.
El primer ladrón te elige a ti… y al segundo ladrón lo eliges tú”.
Fidel, totalmente fuera de peligro
Se divulgó ayer, “con base en fuentes médicas”, que Fidel Herrera Beltrán “presentó avances significativos en su recuperación” y que ya pasó a la Unidad de Terapia Intermedia del Hospital ABC.
Se reconfirmó que está “totalmente” fuera de peligro y “en franca recuperación tras el derrame cerebral que sufrió el martes por la tarde en la Ciudad de México”.
“Herrera Beltrán tomaba un café el martes 20 de febrero en Polanco cuando comenzó a sentir un dolor de cabeza muy fuerte y su asistente personal lo trasladó de inmediato al Hospital ABC”.
“No ha sido dado de alta. Será dado de alta hasta que el sangrado que sufrió se absorba al ciento por ciento. Me da gusto decir que ya está totalmente fuera de peligro y está avanzando muy bien”, explicó su hijo Javier Herrera Borunda.
Se le desea que se recupere totalmente al exgobernador de Veracruz.
Respetan los días santos
Sobre el comentario que hice ayer de que los candidatos presidenciales arrancarían sus campañas el Viernes Santo, ayer se publicó que decidieron correr su inicio dos días para comenzar al 1 de abril, domingo.
Al menos del equipo de Andrés Manuel López Obrador, se confirmó que iniciará en Chihuahua, primero en Ciudad Juárez y luego en Ciudad Cuauhtémoc.
También fuentes cercanas a José Antonio Meade dijeron que arrancará el domingo, y de donde no ha habido información sobre el tema es de Ricardo Anaya.
Que ya viene el apoyo para Pepe
Una fuente a la que le doy crédito me aseguró ayer que “viene en camino” apoyo para la campaña de Pepe Yunes. Si es así, seguramente veremos un resurgimiento del candidato del PRI a la gubernatura, el que todos sus simpatizantes están esperando.
Fiel a su modo de ser, Pepe mantiene mucho mutismo, incluso sobre cómo estará integrado su equipo de campaña, aunque trasciende que ha intensificado su trabajo de cabildeo y relaciones con los más diversos actores políticos de toda la entidad.
Acaso consecuencia de ello sería la intención de un importante grupo de panistas reconocidos, en especial de la zona centro del Estado, pero también de otros puntos de la entidad, de sumarse a sus filas.
El calor de las campañas también subirá en los días por venir.
En tanto esperamos, lector, te dejo descansar. Regresaré a este espacio el próximo 2 de abril. ¡Ah! La Semana Santa también invita a un periodo de reflexión. Coincido con la Iglesia católica: el cambio debe comenzar por uno mismo. Qué lástima que muchos políticos no tengan la menor intención de hacerlo.