La Conferencia del Episcopado Mexicano convocó a una Jornada de oración para todo el mes de julio; claman por justicia, paz y reconciliación ante clima de violencia en el país
Ante el creciente clima de violencia en el país, derivado de los homicidios, desapariciones y tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, el pasado 20 de junio, a manos de José Noél Portillo, alias “El Chueco”, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) convocó a una Jornada de Oración por la Paz.
Durante la primera semana de julio, la CEM convocó a que dicha Jornada de Oración iniciará el domingo 10 de julio, pues los asesinatos y desapariciones que diariamente se cometen en el país son un llamado de Dios para unirse para pedir por la paz, reflexionó a través de un comunicado.
La CEM pidió principalmente que en todas las misas a celebrarse este 10 de julio se hiciera memoria de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en el país y ofrecer la intención de la eucaristía por su vida y que en los templos coloquen fotografías de estos hombres y mujeres «que han dado su vida por el pueblo de Dios y han recibido la muerte violenta».
Asimismo, al reclamo y exhortó de paz de la Iglesia Católica se sumaron integrantes de distintas congregaciones que señalaron que para solucionar el tema de la violencia se necesita la participación de todos los actores y es más bien una sensibilización a dialogar para construir juntos la paz.
Poca afluencia al inicio de la Jornada de Oración contra la Violencia en CDMX
Previo al inicio de la Jornada de Oración por la Paz, convocada por católicos y jesuitas, se registra poca afluencia en la explanada donde se ubica la Estela de Luz, sobre el Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México.
El acto estaba convocado a las 11:00 horas, sin embargo, se pospuso para las 11:30, toda vez que hasta el momento se contabilizan unos 40 asistentes.
La Jornada se extiende a todo el mes de julio
La Conferencia del Episcopado Mexicano también exhortó a que durante este mes se celebren misas y/o realicen oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta, sean homicidios dolosos, feminicidios, activistas sociales o cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad, “ahí existe una herida que sanar y ahí está la fuerza que hoy necesita el país para construir la paz”.
Además que como signo profético de la Iglesia, las eucaristías del día 31 de julio se pida por los victimarios, se ore por sus vidas y la conversión de sus corazones, “tendamos la mano para recibirlos con el corazón arrepentido a la casa de Dios. Ellos también son nuestros hermanos y necesitan de nuestra oración. No más violencia en nuestro país”.
Asesinato de padres jesuitas en Chihuahua, origen de la Jornada de Oración
El pasado 20 de junio, los religiosos Javier Campos y Joaquin Mora fueron asesinados en un ataque armado, ocurrido en Cerocahui, una comunidad de la sierra Tarahumara. El hecho derivó, según los informes de las autoridades después de que los sacerdotes intentaban proteger a un guía de turistas que había entrado a su templo en busca de protección.
José Noél Portillo, alías “El Chueco”, líder de una célula de «Los Salazar» -brazo armado del Cártel de Sinaloa en la región- fue identificado como responsable de los asesinatos y de haber robado los cuerpos de los párrocos Javier Campos Morales, de 78 años, Joaquín César Mora Salazar, de 80 años y de la tercera víctima, Pedro Eliodoro Palma.
Dos días después de la agresión, los cuerpos fueron recuperados después que las fuerzas armadas desplegaron por la región de la sierra tarahumara a más de 250 efectivos para localizar y capturar a «El Chueco”.
El hecho conmocionó a la esfera política, social y religiosa a tal grado que el Papa Francisco condenó los asesinatos y la ola de violencia que vive México; también la ONU se pronunció al respecto.