Suspenden a cinco funcionarios encargados del operativo de seguridad en el estadio La Corregidora

LATINUS

El gobierno de Querétaro suspendió a cinco funcionarios encargados de la seguridad en el estadio de La Corregidora luego de la riña que se registró durante el partido entre el equipo de Querétaro y el Atlas.

“Se suspendió a cinco servidores públicos encargados del operativo del partido que incumplieron con los protocolos establecidos”, señaló en un mensaje en Twitter.

Los funcionarios suspendidos fueron: Leonardo Flores Mata, director de Operación Policial; Isaac Pérez Infante, encargado de la Unidad de Campo; Agustín Martínez Ortiz, policía; Carlos Mendoza Martínez, coordinador de Eventos y comisionado para el partido; y Carlos Alberto Toscano Mendoza, responsable del Área de Gestión de Riesgos de la Coordinación Estatal de Protección Civil.

Murguía Gutiérrez dijo que se espera el resultado de las investigaciones para también atribuir responsabilidades adicionales.

La secretaria de Gobierno del estado informó que la Secretaría de Salud reportó el alta médica de siete personas que resultaron lesionadas durante los hechos, quienes estaban internados en el Hospital General.

“Su traslado será resguardado por la Policía Estatal hasta los límites de Guanajuato y Querétaro, donde el estado vecino apoyará para continuar el trayecto hacia el lugar de origen de los afectados”, puntualizó.

Al menos 23 personas permanecían hospitalizadas, tres de ellas en estado grave, dijeron el domingo autoridades locales, tras la violencia registrada la víspera por aficionados durante un partido de futbol en Querétaro.

Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, estado vecino a la capital de México y sede del estadio La Corregidora en donde se dio el enfrentamiento el sábado, dijo que además de las tres personas graves hay 10 delicadas entre los aún hospitalizados.

El sábado, durante el partido entre los equipos Querétaro y el actual campeón Atlas, aficionados de ambos equipos comenzaron una pelea en las gradas del estadio que llevó a cientos de aficionados, incluyendo familias con niños, a invadir la cancha tratando de ponerse a salvo.