El tutor del menor podría enfrentar cargos por el delito de omisión culposa
Una tragedia causada por un arma de fuego llegó a una familia de Matamoros, Coahuila, cuando dos menores se encontraban en la misma casa y uno de ellos, un niño de seis años, tomó una pistola calibre 22 y entró a la habitación donde se encontraba su tío, un adolescente de 15 años, quien al verlo trató de quitarle el arma, causando un forcejeo entre ambos, que culminó con el disparo accidental. La bala impactó en el cráneo del joven.
Al escuchar el disparo, el resto de las personas que se encontraban en el domicilio -ubicado en la colonia Aureliano Barajas- se dirigieron a la habitación y se encontraron con una terrible escena: el adolescente, estaba en medio de un charco de sangre, con un disparo en la cabeza. De inmediato llevaron al joven a la clínica número 83 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde fue atendido en el área de Urgencias.
Pero la bala provocó una herida muy grave, por lo que los médicos no pudieron hacer nada y lo declararon muerto. Tras confirmarse el deceso, se dio aviso a las autoridades, pues aunque los familiares dijeron que fue un accidente, involucraba un arma de fuego, lo que debe ser investigado.
Hasta el hospital arribaron elementos de la Unidad de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado, de la delegación Laguna I, así como un agente investigador del Ministerio Público. Mientras uno tomaba las declaraciones a los testigos, otros se encargaron de trasladar el cuerpo a las instalaciones de la morgue, del Servicio Médico Forense (Semefo), donde se realizó la necropsia de ley.
Una vez que se abrió la carpeta de investigación, se dio parte a la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia (Pronnif), que se encargará de investigar el entorno familiar del niño de seis años. Autoridades judiciales indicaron que el tutor del niño podría enfrentar cargos por el delito de omisión culposa.
Muertes accidentales
Desde 2017, México tiene un récord de cuatro años consecutivos con más de 80 mil muertes accidentales y violentas en cada uno de ellos, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De acuerdo a Stanford Medicine, la mayoría de las muertes accidentales relacionadas con las armas de fuego en el caso de los niños ocurre dentro o alrededor de la casa; el 50 por ciento en el hogar de la víctima y el 40 por ciento en la casa de un amigo o pariente. Esto obedece a que la mayoría de propietarios de armas de fuego, las guardan cargadas y listas para usarse, aunado a que están al alcance de los menores. Los accidente que involucran niños ocurren generalmente cuando no hay adultos supervisándolos.