El expresidente de Estados Unidos denunció en un comunicado que el FBI irrumpió en su casa sin anuncio previo
EL UNIVERSAL
El allanamiento, por parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI), de la residencia privada del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, derivó en una pregunta: ¿tiene el magnate un pie en prisión?
Trump denunció en un comunicado que el FBI irrumpió en su casa sin anuncio previo. Habló de una “mala actuación de la fiscalía” y aseguró que el sistema judicial se ha convertido en un arma que los “demócratas de la izquierda radical” están usando en su contra para impedirle contender por la presidencia en 2024.
Incluso comparó la irrupción con el espionaje a que fueron sometidos los demócratas durante el Watergate, sólo que ahora, se declaró él víctima de esa “persecución”.
Lo cierto es que tiene motivos para estar preocupado. El exmandatario republicano, investigado por un Comité de la Cámara de Representantes por su papel en el asalto al Capitolio que, a decir por la información recabada buscaba en realidad evitar la transición pacífica del poder, y que asumiera el demócrata Joe Biden la presidencia, está acorralado.
El Departamento de Justicia tiene dos investigaciones activas, que se sepa, relacionadas con el actuar de Trump: la primera, por sus esfuerzos para anular las elecciones presidenciales de 2020 y la irrupción en el Capitolio del 6 de enero de 2021, y una más que implica el manejo de documentos clasificados.
Los Archivos Nacionales, encargados de recopilar y clasificar el material presidencial revelaron que se recuperaron al menos 15 cajas de registros de la Casa Blanca justamente en el complejo Mar-a-Lago de Trump, incluyendo algunos que eran clasificados. De acuerdo con The New York Times, el allanamiento de este lunes tendría que ver con esta última indagatoria.