60 millones de pobres, desempleo y corrupción, no nos pueden dejar tranquilos e indiferentes: Iglesia Católica.
Irineo Pérez Melo.- En los tiempos difíciles que actualmente estamos viviendo en Veracruz, no es la solución que tengamos un carácter emprendedor, audacia, simpatía arrolladora y empuje para lograr el éxito social. Vivir la fe en Cristo ante las problemáticas que nos aquejan es un poderoso revulsivo, advirtió la Arquidiócesis de Xalapa.
En el comunicado dominical difundido por la Oficina de Comunicación Social, se destaca que las circunstancias adversas como la pobreza de 60 millones de gente, la falta de empleos y la corrupción en muchas estructuras sociales no pueden dejar tranquilo e indiferente, especialmente, al discípulo de Jesucristo, que tuvo como programa de vida atender a todos los necesitados de su tiempo.
En el documento, se destaca que el amor de Dios y su pasión por el Reino de los Cielos lo empujaban para estar al pendiente de cualquier necesidad de las personas que andaban vulnerables en la vida.
“Muchos pasajes evangélicos nos refieren y señalan la gran capacidad de respuesta de Cristo para dar su vida por la gente más necesitada. Jesucristo formó y renovó la conciencia de la persona con la fuerza del amor divino”, se añade en el documento signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos.
En el culmen de su vida y servicio a los demás, él dio su vida en la cruz para el perdón de los pecados, la salvación eterna y recrear una nueva conciencia como eje para alcanzar una vida más digna para los hombres y mujeres de todos los tiempos.
“Todo creyente debe tener como modelo de acción e inspiración el programa de vida de Jesucristo. El cristiano solo no puede hacer mucho por los demás. Es imprescindible que celebre una fe en Cristo y la haga oración para que pueda actuar en consecuencia por la causa de las personas más vulnerables”, se indica.
Por eso, se menciona que santa Edith Stein recomienda unirse a Cristo y poner la fe y la vida en el árbol de la cruz: “Gracias al poder de la cruz puedes estar presente en todos los lugares del dolor a donde te lleve la caridad compasiva, una caridad que dimana del Corazón Divino, y que hace capaz de derramar en todas partes su preciosísima sangre para mitigar, salvar y redimir.”
El poder del amor en la cruz hace posible estar con los excluidos y marginados para darles esperanza de vida. Este amor es el mejor camino para llegar a los más vulnerables y necesitados de nuestra sociedad veracruzana, se señala por último.